Entre la construcción de un partido y el maiceo coyuntural
J. Enrique Olivera Arce


En una charla informal con el Senador Arturo Herviz Reyes, éste aceptó que el factor más sobresaliente de la derrota del PRD en Tabasco fue la ausencia de unidad frente a una pugna interna que no tiene para cuando concluir.

Igualmente el Senador reconoció que el partido se ha alejado de los movimientos sociales, perdiendo presencia y autoridad moral y política entre la población al concentrar su actividad en el estira y afloja electoral y la pugna entre grupos que se deriva de este jaloneo.

Lo que más me llama la atención es el que en corto la mayor parte de la cúpula veracruzana del PRD, al igual que Arturo Hérviz Reyes, reconozcan lo anterior sin que se observe la menor intención de enmendar el camino y trabajar por la ansiada unidad vinculados a los sectores más desprotegidos de la sociedad a los que dicen deberse y representar.

Veinticuatro horas después de la charla con el Senador, durante la celebración de la Convención Estatal del PRD en nuestra ciudad capital, se puso una vez más de relieve que así como en Tabasco el canibalismo tribal llevó a la derrota a una izquierda institucional que contó con todo el apoyo de Andrés Manuel López Obrador, en Veracruz la aberrante división interna permite augurar un resultado similar en el proceso electoral que se avecina.

Diferendo que, como se lo expresara a la cabeza visible en el estado de uno de los grupos en pugna, se ventila no sólo en lo oscurito sino que se hace público y se magnimiza en los medios, al margen de una auténtica vida democrática del partido más representativo de la izquierda electoral.

La división y sectarismo al interior de la izquierda mexicana no es fenómeno nuevo. Históricamente lo mismo en la clandestinidad obligada por el autoritarismo priista del pasado que en la lucha electoral abierta propiciada por la apertura democrática impuesta por los movimientos sociales en nuestro país, esta ha persistido. Abonada primero por diferencias ideológicas, y dominada hoy por un pedestre pragmatismo ayuno de ideas y de visión de largo plazo, nuestra izquierda nacional se ha caracterizado por sus irreductibles posiciones encontradas de capillas en pugna y un sectarismo a ultranza que políticamente hace inviable la unidad y, por tanto la apertura y disposición a un frente amplio de oposición a los embates de la derecha hoy aliada a los sectores más retrógradas de un PRI en decadencia.

Así, paradójicamente, cuando los electores elevan al PRD a la categoría de segunda fuerza en la correlación política de la Nación, la cúpula partidista da la espalda a esta incuestionable realidad y, escudada en la impotencia que deviene de no reconocer su propia fuerza, dilapida su capital político en infiernitos.

En este contexto resulta absurdo que al interior del PRD en Veracruz los adelantados se confronten y diriman en torno a la candidatura partidista al gobierno de la entidad en el 2010, cuando por anticipado cavan su propia tumba para ser sepultados en el 2007.
Siendo de esperarse esto último ante la ausencia de un liderazgo sólido y legítimo que congruentemente trabaje por la unidad sumando y no restando y dividiendo.

No hay liderazgo porque no existe el partido ni se trabaja en su construcción. El frente único de voluntades que se expresara en las urnas a favor de los candidatos del PRD se da en función al rechazo casi inconciente a los candidatos del PAN y del PRI por una ciudadanía dolida, frustrada y cansada del más de lo mismo, pero que no se concreta estructuralmente en la vida cotidiana ni se ve la intención de materializarle por parte de las capillas en pugna. La lectura que los ciudadanos hacen de la confrontación cupular va en tal sentido.

Uno de los viejos ideólogos del bolchevismo ruso en su oportunidad señaló: “Con el partido somos todo. Sin el partido somos nada”, refiriéndose precisamente a la ausencia de unidad del partido político conductor de la Revolución Rusa frente a la magnitud de su tarea histórica. Esta frase lapidaria no existe ni ha existido para la izquierda mexicana y mucho menos para un PRD carente de rumbo que en la encrucijada más importante de su historia y frente a una derecha ensoberbecida, no sabe distinguir entre construir un partido transitando por la vía democrática y el pragmatismo coyuntural de corte electorero que encuentra en el maiceo el alimento sustantivo de una cúpula tribal.

pulsocritico@gmail.com

Reconversión con participación social
J. Enrique Olivera Arce


Como en los viejos tiempos del Banjidal. Desde la cima del poder
se decide la vida productiva del campesinado. Que sembrar, donde
sembrar, cuando sembrar, a quien vender, decisiones entre otras
impuestas por la tecnocracia y cuyos resultados buenos o en su
mayoría malos, se cargan sobre las espaldas de los productores.


Nadie niega la bondad de toda búsqueda de alternativas energéticas a partir de recursos renovables frente a un futuro incierto y cercano del agotamiento de los recursos fósiles no renovables y el incremento aparejado de los excesos en contra del medio ambiente derivado del abuso de los hidrocarburos. La necesidad obliga a otear al horizonte y buscar nuevos caminos. En Veracruz no somos ajenos a ello.

El interés de la actual administración pública en tal sentido es más que evidente y, entre otras medidas, se explora la viabilidad de tecnologías alternativas para el aprovechamiento de recursos disponibles para la generación de energía. Lo mismo recursos eólicos, hídricos que los bióticos derivados de la agricultura y la ganadería. Tecnologías hoy ya al alcance de la mano y que en países de Europa, Asia, Sudamérica y en América del Norte, Estados Unidos y Canadá, se vienen aplicando con diversos resultados, positivos unos, negativos otros, dependiendo del enfoque con el que se les quiera ver.

Inclusive en Orizaba, en donde con carácter experimental empresarios de la región promueven la producción de biocombustibles, aún sin resultados aparentes por falta de apoyo oficial.

Dentro de este marco, el Gobierno del estado, por conducto de la Secretaría de Desarrollo Económico y Portuario, está convocando a un foro de consulta y debate en el que autoridades, investigadores, sindicatos y centros de educación superior de la entidad, se darán a la tarea de analizar la viabilidad tecno-económica de promover en la entidad la producción de etanol a partir de la caña de azúcar, así como las posibilidades existentes de su comercialización en diversos nichos de mercado, nacionales y extranjeros.

Hasta ahí, las cosas pintan bien. Se cuenta con la asistencia técnica de empresas brasileñas exitosas y con amplia experiencia en el ramo. Expertos e investigadores se muestran interesados en el tema; la Universidad Veracruzana está dispuesta a involucrarse; se cuenta con el apoyo y participación económica del gobierno del estado, y conocidos líder obrero de la industria azucarera y sus familiares están más que dispuestos a invertir en los proyectos derivados de tan importante iniciativa.

Lo que no se entiende es el que previamente a los objetivos del foro de informar y debatir sobre el tema, se da ya por sentado el echar a andar la primera planta productora de Etanol en la comunidad de El Jícaro. Habiéndose establecido ya el compromiso de compra de maquinaria y equipo y definidas las fuentes de financiamiento. Aprovechándose el foro para dar a conocer a la comunidad el contenido del proyecto en marcha.

Lo que da lugar a pensar que el foro en cuestión constituye más una justificación del camino andado que el debatir sobre la conveniencia ó inconvenientes técnicos, económicos y ambientales de la aplicación de la alternativa de fuentes alternas de producción de combustible a partir de la gramínea. Descalificándose de antemano cualquier oposición razonada al proyecto por parte de expertos y académicos.

Pero también llama la atención el que en la convocatoria al foro “etanol 2006”, no se esté considerando como parte activa en la organización a las autoridades federales y estatales de agricultura y medio ambiente, que tienen mucho que ver y opinar en el análisis de factibilidad aerotécnica de la iniciativa de reconversión industrial y agrícola del campo cañero veracruzano.

Y llama todavía más la atención que no se convoque explícitamente a las organizaciones de productores primarios de la materia prima objeto de transformación en el estado, agrupados en la Unión Nacional de Productores de Caña de Azúcar, afiliados a la CNC, y la Unión Nacional de Cañeros CNPR, presentes en todas las zonas de abastecimiento de los ingenios veracruzanos. Debiendo ser por tanto actores sustantivos en todo esfuerzo por modificar los actuales esquemas productivos. Percibiéndose con ello un retorno a los viejos tiempos del Banjidal y el Banrural, en los que desde el poder se decidía la suerte de los acreditados.

En las actuales condiciones de la industria del azúcar y frente a lo que se espera para el 2008 en este sector, la reconversión agrícola e industrial es necesaria y además urgente. Toda iniciativa que coadyuve a este objetivo en el corto y mediano plazo, debe ser bienvenida. Pero de ninguna manera al margen de los productores, salvo que se apueste al fracaso. La participación activa de estos en el diseño y aplicación de las políticas públicas que les afecten es condición sine qua non para la transformación de los campos cañeros. Esperemos que ello sea tomado en cuenta en el proyecto alternativo de producción de etanol, prevaleciendo en el ánimo y visión de las autoridades responsables el alto contenido social que la tarea requiere.

La tamalada, oportunismo político

J. Enrique Olivera Arce



Una oportunidad más de legitimar el proceso democrático electoral se pierde en Tabasco. La elección de gobernador, diputados locales y alcaldes terminó en un lamentable y cuestionado sainete en el que los partidos políticos contendientes mostraron el pedestre nivel que guarda nuestro sistema político. Tirios y troyanos se disputaron el poder por el poder mismo y no la voluntad popular, recurriendo a prácticas que ponen de manifiesto la inexistencia de la democracia como forma racional de convivencia entre diferentes en nuestro país. Y como no había de ser así cuando precisamente lo que falta en México es una clase política integrada por demócratas educados en el respeto al pueblo al que presuntamente se deben. Contienda bajuna en la que hubo de todo pero en la que predominó la simulación, la ausencia de ideas y de propuestas y, sobre todo, el desprecio a la ciudadanía.

Si de diagnosticar el grado de salud política de México se trata, las elecciones en Tabasco sin lugar a dudas indican la existencia de un cáncer terminal con póstulas y llagas a flor de piel. O se reconstruye desde la raíz el sistema político y el de partidos que va implícito, o muy pronto el cuerpo corrupto terminará por arrastrarnos a todos en su caída. México está cansado de tanto atole con el dedo.

Acres críticas generó la intervención del gobierno del estado en la celebración pública de un acto de fe cuya organización y desarrollo debería haber sido de la exclusiva competencia de las autoridades eclesiásticas, dejando a las autoridades civiles la tarea de brindar seguridad a los miles de fieles que se dieran cita en la Catedral de nuestra ciudad capital.

Entre otras cosas se consideró de muy mal gusto el que el gobierno del estado convocara por todos los medios a su alcance a la elaboración de tamales y atole y plantara en el Parque Lerdo el clásico templete rojo que suelen utilizar las autoridades para la celebración de eventos propios de sus funciones.

Pero también muchas personas, incluyendo a personajes políticos, calificaron como de oportunista tal intervención que no tuviera más objetivo que manipular con un claro interés político, el legítimo sentimiento y fervor religioso del pueblo.

Para otros, fue un claro indicio de una abierta tendencia del gobierno estatal a incorporarse al populismo de derecha que se espera sea la tónica de gobierno del régimen que encabezará Felipe de Jesús del Sagrado Corazón Calderón Hinojosa.

Igual de inoportuna se calificó por parte de algunos masones, la declaración del Ayuntamiento de Xalapa de sus intenciones de sustituir el nombre que lleva la calle de Enrique C. Rebsamen por el del santo Guizar y Valencia. Considerándola como contraria al espíritu laico que animara en su desempeño al destacado pedagogo y educador que tanto lustre diera a nuestra entidad.

La forma es fondo, diría Don Jesús Reyes Heroles; como en su momento Jesús de Nazaret expresara con toda claridad la diferencia entre lo que es del Cesar y lo que es de Dios y que nuestros Constituyentes recogieran con sabia viertud para plasmarlo en nuestra Carta Magna.


Nuevo golpe a la planta productiva nacional


J. Enrique Olivera Arce



Por si la amenaza de la apertura comercial al sector agropecuario, convenida en el TLCAN, fuera poco, en cascada se avizora un nuevo conflicto de orden económico y social que afectará a la planta productiva de este sufrido país que aún confía en sus instituciones democráticas y en sueños guajiros de primer mundo que la administración panista en el poder se ha encargado de vendernos bajo la denominación de “foxilandia”.
La prensa nacional ha difundido que la Secretaría de Economía ha publicado en el Diario Oficial un decreto que implica la reducción de 6 mil fracciones arancelarias en 19 sectores industriales, pese a la objeción y protesta de empresarios y sindicatos que con ello ven afectados no sólo sus intereses más inmediatos, sino incluso su propia supervivencia productiva.


Los sectores afectados por el decreto, son, entre otros, el químico, plásticos y sus manufacturas, productos cerámicos, vidrio, cuero y calzado, textiles, prendas de vestir, acero y sus manufacturas, en un contexto económico nacional que a decir de Francisco Gil, Secretario de Hacienda, en el sexenio ha sido insatisfactorio en términos de crecimiento y, por ende, en la generación de empleos.


La medida adoptada por la Secretaría de Economía, pese a lo también afirmado por Gil Díaz de que la fortaleza de la economía mexicana permitirá enfrentar con el mínimo de riesgo a la desaceleración de EU, sin duda constituye un duro golpe para los sectores productivos involucrados que con ello prácticamente quedan en indefensión frente a la agresividad comercial de países como China, Corea, India, entre otros,con los que ya se tenían sensibles desventajas en términos de competitividad.


Quedando demostrada también la ineficacia de los programas orientados a incrementar productividad y competitividad, que en primera y última instancia no han sido más que medidas orientadas a taparle el ojo al macho ante la incapacidad de las autoridades para crear las condiciones necesarias para el crecimiento de la planta productiva del país.


El decreto, contrario a lo que el Presidente electo propone en términos de generación de empleos, reducirá el ritmo de inversión y propiciará la quiebra de multitud de pequeñas y medianas empresas y, por ende, incrementará la tasa de desempleo, así como la del comercio informal que ya constituye una verdadera infraestructura nacional para la comercialización de mercancía proveniente de los países asiáticos.


Para quienes dudaran de la certeza y contundencia con la que el Presidente Fox asegura que la próxima administración federal mantendrá y profundizará las actuales políticas económicas, el decreto en cuestión los sacará de duda. La decisión adoptada de última hora tuvo necesariamente que ser consultada con el Presidente electo en la medida en que incide negativamente en la política de empleo pleno propuesta para su aplicación en los próximos seis años. Y si no fue así, peor tantito, pues pone a Calderón Hinojosa en la tesitura de mirón de palo frente a disposiciones que le afectan de quien será su antecesor.


Lo que llama la atención en nuestro ámbito local es que frente a la magnitud e importancia negativa de un decreto que nos afecta, se guarde absoluto silencio y, lejos de mostrar preocupación al respecto, se mantenga la actitud triunfalista derivada de la convicción de que todo marcha bien y de que en Veracruz no pasa nada que pudiera afectar la imagen de una entidad que construye con continuado esfuerzo un futuro bonancible.


Si la renuncia del Estado Mexicano a revisar el capítulo agropecuario del TLCAN afecta a varios cientos de miles de familias del sector rural veracruzano, el decreto de reducción de aranceles en 19 sectores industriales tendrá el mismo efecto negativo, sobre todo en la pequeña y mediana empresa. No podemos quedarnos cruzados de brazos ni mucho menos actuar como el avestruz frente al peligro cuando la realidad exige actuar en consecuencia.

Farol de la calle…

J. Enrique Olivera Arce




Con la confirmación por parte del presidente Bush de la construcción del muro fronterizo a lo largo de 2,200 kilómetros, queda claro que han tenido amplia razón quienes ubican físicamente a México en Centroamérica y no en América del Norte. Con ello también queda confirmado también el rotundo fracaso de la política exterior de nuestro país en el sexenio foxista como extensión de una también errática e ineficaz política interna.


Quizá por ello de manera conciente el futuro presidente de México, lejos de buscar coadyuvar activamente en la búsqueda de soluciones viables al conflicto en Oaxaca, esperando que quien será su antecesor le deje la mesa puesta y con el mínimo de problemas, ve de reojo al norte y se inclina por generar expectativas de integración y desarrollo asociado con nuestros vecinos del sur. Sin parara mientes en que para los pequeños países centroamericanos México no entra en sus planes, confiando más en las expectativas que les ofrecen en lo inmediato los tratados de libre comercio con Estados Unidos y formalizando viejas y dolorosas experiencias de complementariedad económica para paliar desempleo y pobreza.


Visión realista de nuestros vecinos del sur, que no ven futuro en el relanzamiento del Plan Puebla-Panamá ofrecido por el presidente electo de México ante el ejemplo vivo del fracaso de dicho instrumento en los estados sureños de su vecino del norte. Amén del prurito y prejuicios que siempre ha despertado en los pueblos centroamericanos el velado “expansionismo” de nuestro país. Sí, el mismo prurito y prejuicios que la mayoría del pueblo de México guarda para con la vecindad del coloso del norte al que paradójicamente también miles de mexicanos contemplan como panacea en la búsqueda de mejores condiciones de vida.


Ajeno a este sentimiento, que por cierto va aparejado al rechazo al Acuerdo de Libre Comercio hemisférico (ALCA) por parte de amplias capas de la población mesoamericana, el presidente electo lleva a Centroamérica la manzana de la discordia. Guardándose ante las elites centroamericanas de señalar específicamente en donde y cuando México invertirá en una proyectada refinería petrolera en alguno de los países vecinos, generando incertidumbre y desconfianza que diplomáticamente se oculta tras la parafernalia del protocolo.


Para los mexicanos, lejos de considerar a la gira de trabajo del presidente electo como un esfuerzo previo a la corrección de nuestra política exterior con América Latina, retomando los lazos políticos, económicos y culturales que nos hermanan y que nunca debieron haberse minimizado, más bien se ve como una manera cómoda de soslayar ó evadir las manifestaciones de rechazo para con su persona y los no pocos y agudos problemas que tienen en jaque a la política interna de nuestro país. Como también cómodo le resulta el condenar las políticas de inmigración de nuestro vecino del norte desde el sur, y bajo el cobijo del rechazo de los mandatarios centroamericanos a la separación física entre el mundo de la prosperidad y el de la pobreza.


Percibiéndose la continuidad de la política foxista de iluminar la calle a costa de la oscuridad de la casa.


pulsocritico@gmail.com


Calderón en la encrucijada

J. Enrique Olivera Arce




El cobro de facturas ya está en la mesa de acuerdos del Presidente electo. De los plazos para su pago dependerá en mucho el futuro de México. Previéndose que el pago de compromisos de campaña, responderá a adeudos de tipo coyuntural, como los políticos, que bien pueden diferirse tanto como la correlación de fuerzas partidistas lo permita, y los de carácter estructural, de orden sistémico, como las reformas laboral, energética, fiscal, cuyo pronto pago es ya exigido por la cúpula empresarial doméstica y las trasnacionales como condición sine qua non para asegurar el crecimiento económico del país.


Si partimos de la idea de que el Presidente electo afirmara que primero hay que generar riqueza para poder ulteriormente repartirla mediante el fortalecimiento de los programas sociales de combate a la pobreza, la prioridad está marcada. El pronto pago de la exigencia empresarial será una de las medidas estratégicas a privilegiar desde el inicio de la próxima administración. La profesora Elba Esther Gordillo tendrá o bien esperar ó bien hacer maletas caso de ser víctima propiciatoria de su propio enredo hoy factor de peso en el conflicto magisterial en Oaxaca.


El pelo en la sopa estriba no en la falta de disposición de Calderón Hinojosa al pronto pago sino en la limitada capacidad de maniobra con la que se espera este llegue al primero de diciembre; estando obligado a legitimar su mandato antes de afrontar la carga política que implica el someter a consideración del Congreso las iniciativas de reforma estructural. Tarea que puede llevar más tiempo del aceptable por los acreedores, de ahí la desesperación del Presidente Electo ante la posibilidad de heredar el conflicto oaxaqueño a la par que ser estorbado por un movimiento social de resistencia que lejos de menguar se agudiza, incidiendo negativamente en las tareas normales del Congreso de la Unión.


Contagiado por el síndrome de foxilandia, Calderón se aparta de la realidad, apostándole a la reconciliación política y social, anteponiendo el supuesto de que en su administración “estará vigente la premisa de que en México todos cabemos, de que en México todos somos iguales…”. Falacia poco creíble en el marco de las actuales condiciones políticas del país cuando la desigualdad es causa y no efecto de la crisis política y cuando el mismo Calderón insiste en dividir a los mexicanos excluyendo a los “violentos”.


Sin legitimización previa que haga valer lo endeble de un gobierno de minoría; sin un Congreso que acepte dócilmente el que a los trabajadores les sean arrebatadas sus conquistas históricas y derechos tutelados por la legislación laboral actual, y con un movimiento en marcha opuesto a la profundización de la privatización del patrimonio de la Nación, Calderón está entre la espada y la pared. Perdido en la encrucijada, el Presidente electo exhibe su debilidad y de ello se da cuenta la cúpula empresarial exigiendo con mayor razón el pronto pago, valiéndose con descaro incluso del chantaje, condicionando la inversión y generación de nuevos empleos a las reformas estructurales, empezando con la laboral, como lo señalara León Halkin, presidente de la Concamin.


Si el costo de la campaña electoral que le condujera a su posición de Presidente electo para Calderón no sólo resultó demasiado alto en términos de capital político de coyuntura, para la Nación el sobregiro en términos de compromisos sistémicos estructurales, resultará ser una pesada carga en el mediano y largo plazo que como siempre tendrán que llevar sobre sus espaldas los excluidos de siempre.


Lo paradójico del asunto es que para que las reformas estructurales tengan viabilidad y sean exitosas para el sistema, el capitalismo mexicano está obligado a depender de sus trabajadores, los que por cierto ya no están dispuestos a permanecer en lista de espera. O se revaloran prioridades privilegiando el rescate de condiciones de vida digna para las clases populares con pleno reconocimiento y respeto a sus conquistas laborales y sociales ó se tendrá que afrontar el costo de la ingobernabilidad. Calderón Hinojosa tiene la palabra.



pulsocritico@gmail.com