Cambio climático, mentiras perversas

Por J. Enrique Olivera Arce



Rafael Elvira Quesada está mal informado o, de plano, miente. Y de paso, el Maestro Fidel Herrera Beltrán, gobernador de Veracruz, con su ya clásico triunfalismo sin sustento, se adorna una vez más exhibiéndose desnudo ante la opinión pública internacional sin que nadie se atreva a decirle que el ostentoso traje de emperador que calza no es tal.

El secretario calderonista del Medio Ambiente y Recursos Naturales, reconoce que Veracruz es la única entidad federativa del país que cuenta con un programa estatal de atención al cambio climático, cuando no es así, en tanto que el gobernante veracruzano, afirma que tal programa coloca a Veracruz a la vanguardia en el país.

Como muchas otras cosas motivo de orgullo mediático de la actual administración pública estatal, el programa de referencia podrá existir en el papel, o en la mente de Fidel Herrera Beltrán, y hasta ahí. La realidad indica que nada relevante se hace al respecto y, antes al contrario, se persiste en ignorar los efectos de un ya irreversible fenómeno que afecta a todo el planeta.

Es público y sabido que desde hace varios años no pocos expertos han advertido de la amenaza que para la actual civilización representa el cambio climático; la naturaleza se está encargando de validar sus hipótesis y, poco o nada se hace en el ámbito internacional para atender las recomendaciones para hacerle frente.

En el caso de Veracruz, nuestro entorno más cercano, algunos de esos expertos específicamente han señalado el tamaño y repercusiones de la amenaza en el mediano y largo plazo y las medidas que deberían adoptarse para mitigar sus efectos en la entidad. Sus advertencias y recomendaciones no han sido tomadas en cuenta en los tres órdenes de gobierno. Las consecuencias están a la vista y, en diversas locaciones apuntan a un desastre.

Los expertos sin duda conocen la magnitud de tal desatención. Para efectos de mi reflexión, baste señalar que en la entidad puede más la corrupción oficial que las medidas de prevención frente a la amenaza. Con el disimulo, indiferencia e incluso bajo el auspicio de las autoridades, se sigue deforestando para ampliar la mancha urbana en las principales ciudades de la entidad; en la costa se pretende ganar terreno al mar con fines turísticos, inmobiliarios, portuarios e industriales, a costa de manglares, humedales, dunas y médanos; la contaminación y azolve en los cuerpos de agua interiores no se frena para no afectar intereses de particulares; la población persiste en asentarse en zonas de alto riesgo y la prevención y acción ex post de los organismos gubernamentales de protección civil, se reduce a la emisión de alertas y una pobre y muchas veces extemporánea atención a damnificados tras el desastre.

Las consecuencias hoy de tal desatención están a la vista. Las noticias sobre los efectos de la presencia inusual de un exceso de lluvias, el desborde de los ríos y presas, deslaves y desgajamiento de cerros, insuficiencia de infraestructura de drenaje y saneamiento, o la afectación de vías de comunicación y asentamientos humanos en zonas de alto riesgo, no son nada alentadoras.

Así que ¿cual revolucionario programa de vanguardia para enfrentar el cambio climático? ¿Conocerán de éste los afectados que sufren los embates de la naturaleza en la Cuenca del Papaloapan, en Coatzacoalcos, Acayucan, Minatitlan, Las Choapas, Tuxpan, Pánuco, en la ciudad y puerto de Veracruz, o en la misma capital del estado? ¿Conocerá de ello la alcaldesa que declara que no hay necesidad de hacer nada, puesto que la población ya está acostumbrada a convivir con las inundaciones?

Para la opinión pública, las afirmaciones de Rafael Elvira Quesada y el adorno de Fidel Herrera Beltrán, están lloviendo sobre mojado. Los declarantes escogieron un mal momento para exhibir su ineptitud.

Usted, estimado lector, tiene la palabra, piense sobre el tema, elabore sus conclusiones y opine, que el problema es de todos.

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Veracruz. Convergencia, tras la derrota se niega a la autocrítica

Por J. Enrique Olivera Arce




Teniendo en perspectiva la elección presidencial del 2012, tras un conflictivo proceso electoral que aún no concluye en Veracruz, cabe a mi juicio hacer algunas apreciaciones en torno a la alianza de Convergencia, PRD y PT en la entidad. En primer término, reitero que tal coalición no fue derrotada al participar en condiciones asimétricas en una “elección de Estado”, como afirma Dante Delgado Rannauro. Se derrotó a sí misma, habiendo nacido electoralmente muerta. En su oportunidad lo señalamos observando que a Convergencia le convenía más ir solo que mal acompañado; el cargar con el lastre del PRD y su alianza con el PAN en otras entidades federativas, anunciaba por anticipado la derrota en la elección de gobernador.

Al día de hoy, tras los resultados en las urnas, Convergencia se ha negado a una autocrítica seria y opta por el camino fácil de la impugnación, colgándose de los reclamos del panismo veracruzano que podrían o no prosperar en el Tribunal Electoral de la Federación. Mientras su principal coaligado, el PRD azul, festina las migajas que alcanzaran con su traición, a la par que desnuda una vez más ante la opinión pública su oportunismo y desverguenza, anunciando un día la expulsión de “los traidores” y, al siguiente, la reivindicación de éstos atendiendo a necesidades de “rentabilidad electoral”. El PT, quizá por su insignificante presencia en Veracruz, simplemente da por concluida su participación en la alianza pactada.

Con todo el respeto que me merecen los veracruzanos honestos que de buena fe militan en los partidos coaligados, debo decirles que se pasan de ingenuos si asumen que, con estos, Veracruz tendrá una participación destacada de la izquierda en la búsqueda de la presidencia de la República en el 2012. Si con anterioridad al proceso electoral del presente año, afirmara que el PRD era un cadáver viviente, hoy hago extensiva tal apreciación respecto a lo que queda de Convergencia y el PT. En la inteligencia de que pequé de igual ingenuidad, estimando que Dante Delgado Rannauro podría tener oportunidad de hacer un papel más decoroso en una elección a todas luces polarizada entre el partido de Calderón Hinojosa y el del gobernador Herrera Beltrán. El candidato de mi preferencia no sólo fue derrotado, también contribuyó con su equívoca estrategia a la percepción generalizada del derrumbe de las fuerzas de “centro izquierda electoral” en Veracruz.

Tal percepción generalizada es hoy punto de partida para lo que viene. O la militancia recobra el control de sus respectivos institutos políticos en un esfuerzo por democratizarles e inyectarles nueva vida, o los abandonan en busca de nuevas expectativas de participación política. No hay de otra, con la salvedad de que la elección presidencial del 2012 está a la vuelta de la esquina.

En este escenario entra el movimiento lopezobradorista, que en la entidad deberá optar en seguir manteniéndose al margen de la Izquierda electoral, supuestamente representada por el PT y el PRD, ó sumarse al rescate desde abajo de estos partidos políticos, trabajando por la unidad de la izquierda en torno a un candidato presidencial único. No hay otra opción de participación electoral del lopezobradorismo bajo las condiciones impuestas por la legislación vigente, salvo entregar la plaza al enemigo, dejando las cosas como están, o entrando en una alianza “contra natura” con el PRD azul o con el PRIAN.

Convergencia perdió su oportunidad en la izquierda para el 2012. Sin identidad propia que le distinga en el espectro político, se corrió a la derecha entregándose al PAN como uno más de sus satélites. El lopezobradorismo le pasará factura. Al tiempo.

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Veracruz. Calma Chicha

Por J. Enrique Olivera Arce





La calma chicha domina el escenario político de Veracruz. Tras la espera a que los tribunales resuelvan lo conducente sobre la elección de gobernador, pedida por el Maestro Fidel Herrera a los acelerados, la feria de las listas de los listos que ya le habían armado el gabinete al Sr. Duarte de Ochoa, se aplacó o, cuando menos, por el momento, no entra en los temas de interés mediático. Con razón o sin razón, rumores y especulaciones, a nivel de piso, se concentran en las últimas decisiones del aún titular del ejecutivo estatal.

La interrogante que ronda en los espacios públicos, parques y jardines, tertulias de café y corrillos palaciegos, es una sola: ¿Los cambios en el gabinete actual, anunciados por Herrera Beltrán, están pensados para beneficiar, o perjudicar, al Sr. Duarte de Ochoa, o a quien, Dios nos libre, se desempeñará como gobernador interino?

Sin la especulación y el rumor no se puede vivir en Veracruz, así esté la entidad en calma.

Y mientras se discute si la Constitución Política de la entidad será reformada a modo, para que Reynaldo Escobar Pérez pueda librar el filtro de la actual Legislatura, éste, viejo y mañoso zorro, pacta con algunos medios para que su nombre figure como favorito para ocupar el cargo de Procurador en esta y en la administración pública estatal del sucesor de Herrera Beltrán. Enturbiándose y encrespándose las tranquilas aguas de la espera obligada, como si la calma chicha precediera a ominosa tormenta.

Javier Duarte de Ochoa entendió el mensaje. No hacer olas sobre el proceso de entrega y recepción hasta que así lo decida el que dicen aún manda en Veracruz. Tomás Ruíz se quedó con el bat al hombro, alcanzando únicamente a intercambiar palabras amistosas con el actual secretario de planeación y finanzas. No tengo aún instrucciones del jefe, le diría amablemente Don Salvador Sánchez.

Mientras que Don Ranulfo Márquez, cariñosamente “Tonicho”, en medio de la rechifla, lanza bolas de humo para distraer a las galerías. “No habrá cacería de brujas”, dice el dirigente estatal, mientras limpia la casa de alimañas menores y cubre costos de facturas donde así conviene al partido de la fidelidad. La deuda de Veracruz es de 9 mil millones y no de 47 mil, afirma desmintiendo a los voceros de la oposición; si los ayuntamientos no tienen para pagar a empleados y proveedores es culpa de los alcaldes, no de la SEFIPLAN.

Todo en calma. Fidel no quiere sorpresas en los próximos cien días en que habrá de hacer sentir su presencia hasta el último minuto de su mandato. Si se ha de evaluar su desempeño al frente del ejecutivo estatal, que sea la historia, a su tiempo y no antes. Parando así, en seco, a los que frotándose las manos esperaban que la entrega y recepción arrojara datos suficientes, y de peso, para poner en la picota al hijo distinguido de Nopaltepec. El tradicional “Muerto el Rey, Viva el Rey”, quedó en suspenso, más no así la valoración que del mandato del Maestro Fidel Herrera, hace un buen de ciudadanos que, sin estar obligados por el cortesano protocolo, exhiben públicamente las heridas de compromisos y promesas no cumplidas o bien, las laceraciones de medidas de política que beneficiando a los menos lastimara a los más necesitados.

Javier Duarte toma nota de ello y habla y habla sobre como habrá de enderezar entuertos. De cómo se debe gobernar para todos, para que fluyan inversiones, se facilite la creación de fuentes de trabajo y se generen cientos de miles de nuevos empleos, siempre acorde a lo que disponga el Sr. calderón Hinojosa, del que se manifiesta su amable y atento servidor, por lo que pudiera ofrecerse. Un ojo al garabato y, el otro, a las no muy claras intenciones de su benefactor, amigo y padrino, que le acerca a decenas de solícitos servidores públicos, currículo bajo el brazo, dispuestos a servirse del próximo festín sexenal y, de paso, allanarle el camino al patrón de ser este tocado por la diosa fortuna en el 2012.

Calma chicha, brumosa y salpicada por la lluvia, en la que, parafraseando a García Márquez, se viven los últimos cien días del patriarca que, sabiendo de intereses pero no de amigos leales, va de la ceca a la meca llevando a cuestas la agonía de su soledad.

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AMLO y las reflexiones de Fidel Castro Ruz

Por J. Enrique Olivera Arce





Las reflexiones del Comandante Fidel Castro Ruz en torno al libro de Andrés Manuel López Obrador, “La mafia que se apoderó de México…y el 2012”, ponen el dedo en la llaga, reviviendo el debate en torno al fraude electoral del 2006 que escamoteara el triunfo del político tabasqueño. En realidad no aportan nada nuevo que la ciudadanía no supiera ni descalifican la percepción de un gran número de mexicanos convencidos de la ilegitimidad del gobierno espurio de Felipe Calderón Hinojosa. La participación de Carlos Salinas de Gortari, Vicente Fox y Diego Fernández de Ceballos, en el complot contra la llegada de AMLO a la presidencia de la República, así como la participación del PRI cobijando a Calderón Hinojosa para que este tomara posesión, anida reciamente en el imaginario popular.

La presidencia de la República y los reaccionarios de siempre, hoy tratan de desviar el debate hacia el controvertido tema de la vida política interna y externa de Cuba. Sin argumentos de peso para desmentir los juicios de Fidel Castro en torno a los acontecimientos del 2005 y 2006 en México, ni mucho menos el análisis profundo que de la situación que guarda nuestro país expone Andrés Manuel en “La mafia que se apoderó de México… y el 2012” recurren a la cortina de humo y arremeten con todo, poniendo por delante la presunta intromisión del líder cubano en asuntos de la competencia exclusiva de los mexicanos, paradójicamente juzgando y condenando la forma de gobierno imperante en la isla caribeña.

Como siempre, el primero en saltar a la palestra, protagónico y experto organizador de cortinas de humo entre los intelectuales orgánicos es el ex canciller Jorge Castañeda, quien con su enfermizo odio hacia todo lo que tenga que ver con la Revolución Cubana, sale a declarar: “Me da mucho gusto ver que a pesar de los esfuerzos desmedidos de Felipe Calderón por poner la otra mejilla y quedar bien con los cubanos, y de hacerse de la vista gorda de todas las trapacerías que hacen interna y externamente, no le quedó más remedio que terminar peleándose con ellos”. Para este nefasto personaje esta es la interpretación que hace de la política exterior de México, hacia todo lo que huela a políticas progresistas y anti norteamericanas de avanzada en América Latina.

Los asuntos internos de Cuba, son de la competencia de los cubanos y su gobierno. Por lo que a nosotros toca, ya en plena carrera hacia la elección presidencial del 2012 en México, los temas del fracaso de la estrategia de guerra contra la delincuencia organizada, el desempleo creciente, la ausencia de políticas públicas eficaces contra la desigualdad, pobreza, corrupción y exclusión, la educación, el campo y la atención a la salud en ruinas, el abandono de los pueblos indígenas, o la prevalencia de los intereses de los poderes fácticos nacionales y externos por sobre el futuro de nuestro país, plasmados en el libro de Andrés Manuel López Obrador, nos competen a los mexicanos y no hay cortina de humo que logre ponerles en segundo plano. El que Fidel Castro opinara sobre el contenido del libro y exhibiera la participación de Carlos Salinas y el desgobierno de Fox en el complot contra la voluntad mayoritaria del pueblo de México, no modifica la situación de un país que ya muchos perciben y califican como “Estado fallido”.

Tampoco modifican la percepción de amplios sectores de la población que consideran a Calderón Hinojosa como presidente ilegítimo, incluso hoy aquellos que en el proceso electoral del 2006 calificaran a López Obrador como “un peligro para México”, convencidos de que el peligro real para sus intereses particulares o de grupo, reside en el fracaso del michoacano para dar rumbo cierto a la vida económica, social y política del país.

En lo tocante al embajador Enrique Berruga, quien se rasga las vestiduras ante lo expresado por Fidel Castro afirmando: “este tipo de bofetadas no son aceptables, porque en el fondo lo que se está haciendo es cuestionar la legitimidad del presidente de México”, no tiene por que preocuparse, pues para la mayoría de los mexicanos la ilegitimidad del presidente no está a discusión frente a la bofetada que la ultraderecha nos aplicara con el fraude electoral del 2006.

Por cuanto al PRD azul bajo la dirigencia de Jesús Ortega y Jesús Zambrano, no tiene ninguna autoridad moral y política para opinar, fue parte del complot.

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Retornar a valores y paradigmas de la izquierda histórica

Por J. Enrique Olivera Arce





“Hemos vivido para la alegría. Por la alegría hemos ido al combate y por ella muero. Agravio e injusticia sería colocar sobre mi tumba un ángel de tristeza. Hombres: os he amado. ¡Estad alertas!”

Julius Fucik, militante comunista checo. Reportaje al pié de la horca, agosto de 1943




Cobrada y satisfecha la promesa de apoyo económico a cambio de su traición, las diversas manifestaciones tribales de lo que queda del PRD en Veracruz y que jugaran en contra de Dante Delgado Rannauro, festejan con singular aplomo y desverguenza el haberse vendido para favorecer, unos, a Javier Duarte de Ochoa y, otros, a Miguel Ángel Yunes Linares, aprestándose a cerrar filas en contra de la posible candidatura de Andrés Manuel López Obrador a la presidencia de la República en el 2012, llamando a una tan falsa como ilusoria unidad de centro izquierda.

La excepción hace la regla. Un muy contado número de dirigentes y militantes del perredismo veracruzano, le apuesta y seguirá apostando a la decencia, honestidad, y compromiso con las mejores causas de la izquierda y de la mayoría de los veracruzanos. La calidad habrá de imponerse por sobre la cantidad y, en éstos, aún se podría confiar en la medida en que se mantengan firmes en el privilegio de la visión ideológica de largo aliento, por sobre la corrupción y el oportunismo pragmático en la coyuntura.

Para mi gusto, lo anterior exigiría desechar la falsa ilusión del centrismo y la seudo izquierda electoral, y retornar a los viejos valores y paradigmas de la izquierda histórica. Sólo en la búsqueda del socialismo como vía para construir una nueva moral pública en la lucha por el cambio y la transformación de la sociedad, se encontraría el camino, la fuerza ética y moral que podría sostener, impulsar, y enriquecer a la verdadera izquierda, en los afanes por trascender la descomposición que hoy por hoy prevalece como componente sustantivo de la crisis de la política y partidos políticos en México.

Desde luego no se trataría de dogmatismos trasnochados ni de recrear con acartonada nostalgia un pasado superado. Retornar a los viejos valores y paradigmas de la izquierda, es, a mi juicio, retomar el camino extraviado de la historia nacional y, recuperar, en esencia, el amor al prójimo, la fe en el destino de la humanidad, y el ejemplo del heroísmo con el que millones de hombres y mujeres anónimos, en el trabajo cotidiano por la supervivencia, entregaran lo mejor de sí mismos en pos de un futuro promisorio. No es falsa retórica ni frustrada aspiración a incursionar en la poesía. Mis palabras invitan al retorno a la utopía, a la reflexión y al debate en torno a aquellos principios por los que bien vale la pena vivir. Sin estos, el vacío interno en cada uno de nosotros habrá de reflejarse en la vida en común y en los afanes colectivos por transformar una realidad sistémica con la que no estamos de acuerdo.

Es la hora de que la izquierda auténtica, la venida de atrás, salga del closet, retome el espíritu de lucha y, armada de bagaje ideológico, se haga acompañar por lo mejor de una juventud ávida de ejemplos trascendentes y valiosas enseñanzas. Criticar y juzgar sin participar, le hace cómplice de la pesadilla a que se refiere un Andrés Manuel López Obrador, que bien no puede ser de lo mejor que muchos desearan ni seguramente está dispuesto a ir más allá del reformismo, pero que es hoy por hoy el único capaz de ofrecer a la izquierda un liderazgo en torno al cual poder avanzar.

Sin la participación consecuente de la izquierda histórica, sin la recuperación ética y moral de valores, actitudes y paradigmas de la lucha por el socialismo, la inercia de corrupción e impunidad de los partidos políticos que hoy se asumen como de centro izquierda electoral, simples patiños de la derecha, terminará por avasallar las buenas intenciones de millones de mexicanos que legítimamente aspiran al cambio y a un nuevo proyecto de Nación. El cambio y la transformación de la sociedad empiezan en nosotros mismos, trabajemos en ello.


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Lopezobradorismo en Veracruz. Construir para avanzar

Por J. Enrique Olivera Arce





Partiendo del principio de que esto no se acaba hasta que se acaba, el proceso electoral en Veracruz sigue a tropezones su marcha rumbo a la decisión última e inatacable de la Sala Electoral del Poder Judicial de la Federación. Manteniéndose el crispado clima de polarización entre los seguidores de Javier Duarte de Ochoa y Miguel Ángel Yunes Linares, con su consiguiente carga de obcecación hasta el absurdo en ambos bandos, así como la creciente percepción en hombres y mujeres comunes de que tanto al gobernador electo como a su impugnador neopanista, lo único que les motiva es alcanzar el poder por el poder mismo, augurándose un más de lo mismo.

Para la oposición de centro izquierda electoral, conforme con las migajas que le deja la elección, se da por bien servida, retornando inercialmente a su permanente lucha tribal por el control de posiciones, rebanadas del pastel de sus prerrogativas, e indudablemente por las prebendas y canonjías que a sus capitostes cupulares les deja el apoyar a uno u otro de los dos contendientes en pugna por la gubernatura. El 2012 lo observan como algo lejano y, en la coyuntura, le apuestan al mejor postor en la lucha por el poder en Veracruz. Dante Delgado, como desde el principio del proceso, marcha sólo y de espaldas a la realidad política de la entidad y a su propia circunstancia, arremetiendo contra molinos de viento.

En tanto que lo que a mi juicio se podría considerar como “la izquierda legítima”, seguidora de Andrés Manuel López Obrador, no encuentra como conciliar sus carencias organizativas con el programa de acción que, con vías al 2012, se delineara el pasado domingo 25 en el zócalo de la Ciudad de México. Lo que observa y le motiva de la movilización, conciencia, participación y avance organizativo del movimiento lopezobradorista en el Distrito Federal, no guarda correspondencia con el atraso y falta de rumbo que vive en Veracruz. El peso específico del pragmatismo electoral partidista que domina en la entidad, dificulta al lopezobradorismo el aterrizaje y congruencia entre lo deseable y lo posible.

Al no encontrar acomodo en el PRD, PT y Convergencia, que lo mismo se pintan de azul que de colorado atendiendo a intereses cupulares, cual perrito sin dueño el lopezobradorismo se auto margina y se pierde en la denuncia, el insulto al “espurio” y su partido, al perredismo azul, o a las expresiones visibles de “la mafia”. Como si las mentadas de madre y las descalificaciones per se, contribuyeran al fortalecimiento de la resistencia popular. La organización, orientación, concietización y el sumar con mentalidad ganadora rompiendo el cerco informativo, es opacada por un sectarismo, negativo y pedestre, que ante la sociedad en su conjunto le hace ver como simple apéndice radical y dogmático del PRD.

Carente de liderazgo real de alcance estatal -Dante Delgado perdió su oportunidad al aliarse con Jesús Ortega y el perredismo azul-, la izquierda lopezobradorista marcha dispersa, acorralada, sin más aliciente que la esperanza. El liderazgo a distancia de Andrés Manuel no es suficiente ni substituye organización y congruencia de un movimiento que se pierde en la anarquía, la improvisación y el aislamiento. Tomado de sorpresa por la declaración anticipada de López Obrador para ir desde ya a la búsqueda de una nueva oportunidad electoral en el 2012, así como por la indefinición de que partido habrá de postular al lider nacional, el movimiento en Veracruz, al garete, no sabe como hacer del entusiasmo, optimismo y convicción, herramental de inclusión, integración, organización y vinculación con sectores más amplios de la sociedad.

En este escenario, el tiempo apremia, siendo este el mejor aliado en el momento, como lo expresara Andrés Manuel. La izquierda lopezobradorista en Veracruz, para avanzar, debería, a mi entender, capitalizar a su favor el contar con un Proyecto Alternativo de Nación que los adversarios electorales potenciales no tienen. Tomarlo como instrumento programático, organizativo, crear grupos de estudio y debate en torno a éste, discutirlo y difundirlo, construyendo desde abajo, con espíritu democrático e incluyente, la estructura electoral y el liderazgo con que hoy por hoy no se cuenta. No puede seguir a la zaga de los partidos de centro izquierda electoral, dejándose envolver por la corruptela cupular, falsas alianzas, y estrategias electoreras ajenas al sentir e intereses de sus bases. La autonomía e independencia en la coyuntura, de aquí al 2012, son fortaleza y no debilidad y de ello creo debería tomar conciencia el movimiento social de resistencia si es que quiere aprovechar la ventaja del tiempo a su favor.

Para la izquierda lopezobradorista en la entidad, la elección del 2010 debería quedar atrás. Hay que dejar que los interesados de la partidocracia en mantener vivo el proceso electoral inconcluso, diriman sus pleitos y diferencias en la calle o en el tribunal, desgastándose. Pues gane el que gane la gubernatura, para la mayoría de la población significa más de lo mismo; sería ocioso tomar partido a favor o en contra en un pleito que es ajeno cuando el tiempo se escurre entre los dedos. Lo que en adelante cuenta es trabajo, organización, construcción de liderazgos, nueva manera de hacer política e impulsar la democracia, así como la firme convicción de que buscar nuevamente la presidencia de la República, es por el cambio y nuevos derroteros para México.

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Xalapa. Gobernar no es repartir despensas

Por J. Enrique Olivera Arce




Podemos ir en paz. La bufonada electoral, por lo que toca a las instancias estatales, ha concluido. Contamos ya con gobernador, diputados y alcaldes electos y una vez más el respetable tras ser burlado por la partidocracia se da por satisfecho. Cada quien, solo o con su cada cual, puede ya reincorporarse en sus respectivas comunidades a sus actividades habituales, con la satisfacción del deber cumplido.

Por lo que toca a quienes residimos en la oficial aunque no de facto capital de Veracruz, a seguir disfrutando del atraso, la anarquía, los baches, las pésimas autoridades municipales, y los salarios de hambre y nulas prestaciones que nuestros empresarios cuentachiles le recetan a la mayoría de sus colaboradores de tienda.

Hace algunos meses afirmé que Xalapa es ingobernable. Nuestra flamante alcaldesa electa, Elizabeth Morales, no logra convencerme o convencernos de lo contrario. Ajena a nuestra cotidiana realidad y más preocupada por mantener en alto su imagen personal, en una campaña mediática que no cesa, la agraciada damita se mantiene en su dicho, la verborrea mata congruencia. Cuando los xalapeños únicamente piden agua potable, drenaje y saneamiento, seguridad pública, transporte público decente, y un sistema vial que contrarreste las limitaciones de calles y avenidas diseñadas para carretas, en su constante bla, bla, bla, pretende convencernos de que en tres años de gobierno accederemos al primer mundo.

El Municipio le queda chico. Convencida de que tiene tamaños para llegar a gobernar a Veracruz, habla y habla sobre como transformará a la capital veracruzana en un vergel agropecuario; centro industrial, comercial y turístico de primer orden; ciudad del conocimiento, y una renovada “Atenas” cultural, cuyo intenso color rojo le distinga de entre todas las metrópolis del orbe.

Alimentado su ego por la falsa apreciación de que fue electa por la voluntad mayoritaria de la ciudadanía xalapeña, Elizabeth no logra, o quizá ni lo intente, poner los pies sobre la tierra. Xalapa hoy por hoy, es ingobernable, insisto. El divorcio entre ciudadanos y autoridades es evidente. El Ayuntamiento hace como que gobierna y la población hace y deshace como si no existieran autoridades. El “tontín del palacio de enfrente” va en una dirección, la que le marca su todopoderosa familia, y la población marcha en contrario. Eso sin contar con la ineludible topografía de lomas y barrancos en que se asienta la ciudad, la escasez de presupuesto para atender la demanda ciudadana, y la carencia absoluta de un plano regulador que establezca un mínimo de orden y racionalidad a la expansión de la mancha urbana.

Ya no digamos la maraña de intereses políticos y clientelares que auspician el arbitrario sistema de transporte público, ejercicio del comercio informal, talleres en la vía pública, invasión de terrenos, asentamientos irregulares en zonas de riesgo, pandillerismo, basureros a cielo abierto, deforestación de nuestras ya muy reducidas áreas verdes, y un largo etcétera, etcétera. Intereses que cobrarán factura a nuestra joven damita en comento, porque en ellos se apoyó para medrar electoralmente con la pobreza de miles de xalapeños que habitan en ya varios cientos de colonias colgadas de los cerros.

Si bien le va, y a nosotros, los sufridos xalapeños también, entre los muchos logros por alcanzar en apenas tres años, será el rescate de Xalapa como capital de Veracruz. No más “Trade Word Center” en Boca del Río y, para ello, tendrá que contar con la aquiescencia de Javier Duarte de Ochoa, virtual próximo gobernador, para el cual Elizabeth no es santo de su devoción. El que la campaña de la hoy alcaldesa electa haya sido apoyada por empresarios panistas que auspiciaran el voto en contra del Dr. Duarte de Ochoa, no se olvida.

Quedan algunas semanas para que Elizabeth Morales entienda que debe bajarse del ladrillo, tome conciencia de la realidad de una ciudad que no le ve con simpatía y, para cuando tome las riendas del municipio, acepte que gobernar no es repartir despensas.

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Fidel Herrera y el Ejército Mexicano


Por J. Enrique Olivera Arce



Heróico Colegio Militar. “Por el Honor de México”




Como una expresión más de los intentos del Maestro Fidel Herrera Beltrán por desmentir mediáticamente rumores y especulaciones que hablan de una relación nada buena entre el gobierno de Veracruz y el federal que preside Felipe de Jesús Calderón Hinojosa, así como con nuestras fuerzas armadas, en días pasados el gobernador dio las órdenes conducentes a la Legislatura local para que en el Congreso se honrara al Ejercito Nacional.

Discursos, cantinflesco y preñado de un triunfalismo que ya no engaña a nadie, del Maestro Herrera Beltrán, e ignominioso, por el evidente exceso de “obediencia” y falso patriotismo el del presidente de la Mesa Directiva de la Legislatura, diputado Héctor Yunes Landa, no lograron borrar del imaginario popular la intencionalidad electorera del falso homenaje. La interpretación que oficialmente se diera a la felicitación de Calderón Hinojosa al gobernador electo y la ceremonia que tuviera lugar en el Congreso, van de la mano, a contracorriente de la actitud de constante reclamo a los actos de gobierno del titular del Ejecutivo Federal con relación a Veracruz.

Las letras de oro en los muros del Congreso local, seguramente no son suficientes para borrar de la memoria del titular del Poder Ejecutivo Federal y de nuestras fuerzas armadas, la frase lapidaria de Reynaldo Escobar Pérez, secretario de gobierno, al calor de la justa electoral: “En Veracruz el presidente de la República no nos merece el menor respeto”.

Frase nada más alejada del compromiso de un Ejército, garante de las Instituciones de la República, que en México ha dado muestras sobradas de lealtad y patriotismo.

Si el homenaje al Ejército Nacional fuera sincera convicción y patriótico reconocimiento a su desempeño en los momentos más álgidos de la Historia Nacional, y no burda simulación del gobernador y de una sumisa diputación, más que huecos discursos, hechos concretos hablarían por sí mismos. Y no es así, baste un ejemplo:

La Fortaleza de San Carlos, en Perote, erigida por el gobierno virreinal en la segunda mitad del Siglo XVIII y cuna del Heróico Colegio Militar del México independiente en 1823, más que monumento histórico y Santuario de la Patria, tras ser liberada por el gobierno de Fidel Herrera Beltrán de su carácter de centro penitenciario, a la fecha es una ruina en abandono cuyos muros hacen la vez de mingitorio.

Así honra el gobierno de Veracruz a la institución castrense más prestigiada, honorable e históricamente cubierta de gloria de nuestro país, y a los Generales, Jefes y Oficiales egresados de sus aulas.

Qué más podríamos esperar del régimen de la simulación que en la misma región de Perote, con un triunfalismo de opereta tras la amenaza de una pandemia, hizo héroe, honrándole con una estatua, a un inocente párvulo de una comunidad paupérrima, cuyo único mérito fue haber salvado la vida, gracias al “parasetamol” que ni siquiera fue recetado por los médicos de la fidelidad.

La mala relación entre los gobiernos estatal y federal subsiste y el tiempo para remediarlo se agotó. Cuando menos eso está inscrito en el imaginario popular y no en un muro ni con letras de bronce pulidas hasta parecer de oro. Reflejándose en lo que se dice sobre las auditorias que la federación practica a cientos de obras inconclusas, de mala calidad y costos inflados, cuyos avances físicos y financieros no se corresponden con las partidas de recursos federales etiquetados y radicados en la Sefiplan.

De ahí el temor a que la casa presidencial incline la balanza a favor de que el TRIFE proceda a nulificar la elección de gobernador, dando al traste con el proyecto transexenal del Maestro Fidel Herrera Beltrán. El falso triunfalismo se derrumba, la simulación se exhibe con impúdico bombardeo mediático y, en esa tesitura, que mejor que rendir un no menos merecido homenaje al sostén de las instituciones nacionales; tardío mea culpa por los agravios sufridos por Calderón Hinojosa a manos del régimen veracruzano de la fidelidad, así como tarde el reconocimiento de Herrera Beltrán y su pequeña mafia mediática de que “haiga sido como haiga sido”, nos guste o no nos guste, en el México aún presidencialista de nuestros días, el presidente es el presidente.

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