¿Más
de lo mismo? Resignación o cambio
J.
Enrique Olivera Arce
No está de más insistir en que
el rescate de Veracruz debe contemplarse con una visión integral y de futuro,
participativa e incluyente. El desempeño
de la administración pública, hoy desastrosa y sin rumbo, es importante en la
coyuntura, pero no lo es todo por más que se considere su brutal endeudamiento
como limitante para la buena marcha del estado.
La crisis de Veracruz, dentro
de otra crisis que ya es global, es estructural y tiene carácter
histórico. Es la crisis de obsolescencia
de una sociedad cuya economía ya no da para más
bajo las actuales condiciones de un sistema de producción y acumulación
de capital caduco.
Desigualdad, pobreza y
exclusión en el medio rural, así como una creciente precarización en el medio
urbano, son la constante regional y sectorialmente a lo largo y ancho del
territorio veracruzano. El aparato productivo estatal demanda con urgencia un
proceso profundo de actualización tecnológica, innovación, reordenación y
anclaje a una realidad nacional e internacional que reiteradamente nos hemos
propuesto ignorar. No podemos seguir engañándonos con la falsa premisa de un
Veracruz cuya prosperidad descansa en la fortaleza de un potencial pródigo en
recursos naturales y el denodado esfuerzo de sus habitantes, cuando la realidad
exhibe atraso y retroceso.
Tampoco podemos seguirle la
corriente a quienes vaticinan bienestar y progreso a partir de las llamadas
reformas estructurales del gobierno de Peña Nieto, cuando la realidad indica
que estas más que incidir positivamente en la economía estatal, profundizan su
crisis, generando desempleo, capacidad instalada ociosa, descapitalización del
aparato productivo y pérdida de expectativas y confianza en el futuro.
Estamos ya en pleno proceso
electoral y la ciudadanía no conoce un diagnóstico serio, regional y sectorial,
en el que pudiera sustentarse la propuesta de gobierno de todos y cada uno de
quienes aspiran a la gubernatura de dos años. Anclados estos en lugares comunes
y el ya desgastado discurso amenaza de encarcelar a los prevaricadores, pasan
por alto que la problemática toral de la entidad es de carácter estructural y
no de coyuntura por más que esta esté marcada por 11 años o más de un pésimo
desempeño de gobiernos estatales corruptos e ineficientes.
Hablar de rescate sin atender
el fenómeno económico, es insistir en el más de lo mismo, sin atacar origen y
consecuencias de estancamiento, retroceso y deterioro del aparato productivo y
tejido social, que van de la mano anidados en una estructura productiva que ha
dejado de responder a las necesidades vitales de la población.
Bastaría observar, a manera de
ejemplo, a una industria azucarera sustentada en fábricas chatarra con zonas de
abastecimiento de materia prima, asentadas en suelos empobrecidos por un
monocultivo sostenido por más de dos siglos de las que dependen productores
permanentemente subsidiados. O el amplio litoral veracruzano sin presencia de
una industria pesquera moderna, generadora de efectos económicos
multiplicadores, respaldada por una industria naval acorde a nuestro potencial
marítimo. La lista de ejemplos es larga de enumerar, pero que conforman,
determinan y explican el por qué lejos de avanzar retrocedemos.
Curándose en salud la
dirigencia estatal del PRI afirma que en dos años no es posible hacerlo todo.
Sabia reflexión de quien descubriendo el agua tibia, no tiene ni la más mínima
idea de lo que Veracruz requiere para salir de su marasmo. Antes que descubrir
el hilo negro, tiene que aclararse que se entiende por el todo y cuál de las
partes de ese todo, debería privilegiarse en el orden de prioridades del
minigobierno.
Hasta donde es posible
escudriñar entre tantos pedestres dimes y diretes, nuestra aldeana clase
política no tiene la respuesta. La expectativa para los electores no puede ser
otra que más de lo mismo, independientemente del color de la camiseta de
quienes aspiran a suceder al corrupto gobernador fallido y a ocupar un lugar en
la renovación de la cohorte de prevaricadores y simuladores en el Congreso
estatal, cuando no habiendo voluntad de cambio la motivación dominante es el
saqueo.
Hojas
que se lleva el viento
Exhumando el cadáver con
propósitos eminentemente electorales, a mi juicio es la interpretación correcta
que debería considerarse ante la conmemoración anual de la revolución agraria
en México por una organización que, como la Confederación Nacional Campesina
(CNC) y las Ligas estatales de comunidades agrarias y sindicatos campesinos
afines, interrumpieran y traicionaran el
proceso de reforma agraria integral que impulsara la Revolución Mexicana.
Simulación y oportunismo que en el marco de un PRI venido a menos, requiere en
épocas electorales de lo que queda del clientelismo rural. Más ahora, en el que el neoliberalismo paulatina y
contundentemente desmantela y privatiza la propiedad social de la tierra y sus
frutos. En respuesta a esta fingida
exaltación a los mejores principios y valores de la lucha agraria, el
campesinado mexicano va tomando conciencia de que llegó la hora de abandonar el
tren.
-ooo-
Con más de cuatro millones de
pesos mensuales que presuntamente son
pagados a medios periodísticos por el Ayuntamiento de Xalapa, el alcalde,
Américo Zúñiga Martínez no logra remontar la imagen negativa que de su
desempeño perciben amplios sectores de la población en la capital veracruzana.
El impacto de la promoción personal en medios, prácticamente viene siendo nulo
ante los problemas no resueltos por el ex secretario de Trabajo del gobierno
estatal.
Cómplice por omisión del clima
de inseguridad que se vive en Xalapa, el joven alcalde evade su responsabilidad,
dejando en manos de la autoridad estatal la protección de una ciudadanía que se
percibe a sí misma como en estado de indefensión ante la violencia criminal que
se ha venido apoderando de la capital veracruzana.
Así como también es responsable
por omiso ante el problema creciente de la vialidad, deterioro de la
infraestructura urbana, invasión de espacios públicos por el comercio informal
y ni qué decir del constante crecimiento anárquico de la mancha urbana que
genera rezago y pésima calidad de los servicios públicos.
Siendo evidente que rebasado
por una realidad inocultable, la imagen pública el Ayuntamiento xalapeño no se
corresponde con la imagen mediática de eficiencia, eficacia y atención a la
ciudadanía, que día con día un buen número de medios informativos abonan a
favor de Américo Zúñiga. Luego el dispendio de recursos públicos destinados al
rubro de comunicación social resulta gravoso para un Ayuntamiento con
disponibilidades financieras escasas y,
con mayor razón en un 2016 que amenaza con sequía en las finanzas
públicas de los tres órdenes de gobierno.
Calladito, el alcalde sería
menos gravoso para los contribuyentes, a más de no forzar la obligada
comparación entre imagen mediática y desempeño real, que poco abona en favor de quien aspira a una
senaduría.
El dispendio de recursos
públicos en proyección de imagen personal, cuando el cuerpo de bomberos de
nuestra ciudad capital sobrevive en la indigencia, debería decirnos algo.
-ooo-
Ya inmersos en un atípico
proceso electoral que desembocará con la elección del gobernador de dos años,
resulta por demás incongruente y patético el que el Consejo General del
Organismo Público Local Electoral (OPLE) Veracruz, encargado de la
organización, seguimiento y control del ejercicio comicial, esté envuelto en
dimes y diretes, jaloneos, fuego amigo y arbitraria interpretación del marco
legal, incrementando, desconfianza y carencia de credibilidad en la legalidad
de las próximas elecciones que ya han hecho verano en el imaginario colectivo.
Se explica tal situación en un régimen político que vive una crisis terminal,
pero no se justifica de ninguna manera si se pretende llevar la fiesta en paz.
-ooo-
Siempre en el marco de la
elección que tendrá lugar en junio del presenta año, también resulta por demás
patético el observar la enorme distancia que existe entre un presidente
nacional del PRI que afirma que su partido trabaja para generar mejores
gobernantes, y su contraparte en el CDE tricolor en Veracruz, que se afana en
destruir con actitudes porriles la ya de
si desgastada imagen de lo que los veracruzanos perciben de un gobierno emanado
del tricolor.
-ooo-
La interrogante de moda: ¿El
PRI de Héctor Yunes Landa es el mismo que el que en la entidad encabeza Javier
Duarte de Ochoa? Las respuestas se dividen y polarizan. Y por cierto, el
soñador veracruzano que aspira a gobernarnos, afirma que gracias a las reformas
legislativas de última generación que el Congreso de la Unión le aprobara al
Sr. Peña, “la cuesta de enero” será leve para los veracruzanos. Baja el precio
de las gasolinas, sube el precio del gas doméstico y de los productos de la
canasta básica alimentaria y no alimentaria. ¿Dónde está el gane para los
ciudadanos de a pie?
Cd. Caucel, Yuc. Enero 6 de
2016.
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