Hoy no fío, mañana sí...

Por J. Enrique Olivera Arce



Frase que ya siendo clásica entre los changarreros del país, es la que más se acerca al discurso de una jarocha y novel diputación federal priísta a la que sin duda estuvo orientada la opinión del senador Dante Delgado Rannauro, quien en días pasados expresara que se dejó “chamaquear”.

Defendiendo lo indefendible, entre lloriqueos a los que no faltará quien los compare con aquellos emitidos por quien habiendo sido violado se consuela a sí mismo, recurriendo al pero..., haciendo víctima verbal de un mal mayor al victimario, lo más representativo de la novel bancada veracruzana en la LXI Legislatura federal, trata de evadir el “palo dado”, con discursos que no convencen a nadie. Antes al contrario, contribuyen en mayor medida a destacar la inexperiencia de la roja y fiel juventud tan ponderada por el gobernador Herrera Beltrán, trivializando un asunto de Estado de la mayor relevancia.

Destaca el libreto mal aprendido de un Javier Duarte de Ochoa, que no atina a tragarse con decoro el hecho de haber actuado en contrario a sus promesas de pre campaña como aspirante asignado a gobernar a los veracruzanos, votando a favor del incremento a la ya de si onerosa, desigual e injusta carga impositiva contemplada en la Ley de Ingresos y Miscelánea Fiscal para el 2010.

Atendiendo a los dictados del sentido común, más le valiera al delfín el guardar discreto silencio en espera de que el Senado le corrija la plana a la Cámara de Diputados y ponga en su lugar al panismo calderonista para, así con los pelos de la burra en la mano, apechugar y a su vez corregir en su tan pomposo como inoportuno discurso.

La ligereza con la que otros miembros de la diputación federal emanada del priísmo veracruzano tratan de justificar lo que para un importante sector de la población está registrado ya como estigma de traición del PRI, dadas las condiciones de un proceso electoral anticipado parece irrelevante. La que trasciende es aquella de que hace gala el diputado federal por Córdoba, en tanto se le reputa como el más viable a ser nominado como candidato del tricolor en la contienda electoral por la gubernatura. A los ojos de propios y extraños, Javier Duarte de Ochoa se ha encargado de concentrar los reflectores en su persona y en torno a él giran lo mismo críticas que condena a la inexperta actuación de la diputación federal veracruzana, debiéndose asumir, por tanto, que correrá solo con el costo político de los platos rotos.

Y así parece ser en efecto. Pese a los esfuerzos mediáticos por mantenerle al margen de la “traición”, su novatez, inexperiencia y falta de carácter está bajo resguardo en el morral de la opinión pública. Prevaleciendo, por tanto en su perjuicio, el que ya se le considere como poco maduro para aspirar a una tarea como la de gobernar a Veracruz. Provocando, obligadamente, a que se le compare con otros personajes del priísmo veracruzano con mayor talento, formación, experiencia y visión. Como podría ser el caso del diputado local Héctor Yunes Landa, cuyos atributos personales, militancia partidista, formación académica y experiencia parlamentaria, frente al discurso de Duarte de Ochoa le colocan muy por encima del delfín y como el más idóneo para contender contra Dante delgado o Yunes Linares, en lo que se espera como una muy reñida competencia.

Pero no sólo la opinión pública en general juzga y emite sentencia. Javier Duarte de Ochoa por su blandengue y lastimero discurso es condenado a la hoguera por sus propios correligionarios en el seno del priísmo estatal, siendo centro del debate entre quienes a ojos cerrados le ponderan y apoyan y quienes no lo consideran apto para la tarea del año próximo.

Así las cosas, la candidatura a favor del delfín se aleja de la primera intención del Maestro Herrera Beltrán, insistiéndose en corrillos y tertulias que habrá de prevalecer un “plan B”. No lo se, el gobernador es cuidadoso en exceso para dar color al respecto, pero de lo que si estoy seguro es que, en primera y última instancia, será al interior del PRI, bajo su propio riesgo y al tenor de lo que mejor convenga al gobernante, donde habrá de tomarse la decisión final.

Para los veracruzanos comunes, hombres y mujeres ajenos a lo que está en juego en la cúpula de la política, corresponderá en las urnas determinar quién habrá de suceder al actual mandatario en la titularidad del Poder Ejecutivo Estatal. Lo demás son simples especulaciones motivadas por el insistir de una clase política insensible en hacer descansar una muy alejada posibilidad de impulso al crecimiento económico, generación de nuevos empleos y combate a la pobreza, en más carga tributaria para una sociedad que en la incertidumbre de la crisis siente estar atenida a lo que los intereses electoreros partidistas determinen.

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Sociedad y crisis del sistema de partidos políticos

Sociedad y crisis del sistema de partidos políticos

Por J. Enrique Olivera Arce



En nuestra isla de la fantasía el Congreso local por mayoriteo de la diputación priísta y a instancias del titular del ejecutivo aprueba sin mayor trámite restarle funciones a la Secretaría de Desarrollo Social, transfiriendo programas y recursos destinados al combate a la pobreza a la Secretaría de Gobierno. Sin más propósito que, por un lado, bajar del caballo a Ranulfo Márquez en su aspiración de alcanzar la candidatura del PRI al gobierno de Veracruz y, por el otro, centralizar la operación político electoral para los comicios del año próximo.

Esto en un escenario y contexto de un ambiente político en la capital de la República que se calienta y se enrarece a consecuencia del albazo calderonista en contra del Sindicato Mexicano de Electricistas y la aprobación por mayoría del PRI y el PAN de una Ley de Ingresos para el 2010 y su miscelánea fiscal correspondiente, a todas luces recesiva y contraria al interés de la Nación.

Lo aprobado por el Congreso local en nuestra ínsula, sin ruido, a la chita callando y sin el mayor asomo de una oposición responsable y consecuente, no puede considerarse como un hecho aislado y ajeno al ríspido clima que prevalece en la capital del país. Por ahora y en tanto no se pronuncia el pleno del Senado a favor de modificar la minuta de la Cámara de origen, el costo político de la aprobación del paquete económico recae en el PRI y su sumisa diputación federal. Interponiéndose en el camino del joven diputado federal y delfín a quien se pretende imponer como candidato priísta a la gubernatura de Veracruz, por lo que hay que poner las barbas en remojo, anticipándose a lo que viene.

De ahí que lejos de proceder a adelgazar el pesado aparato gubernamental estatal, se recurre a una medida coyuntural de “reingeniería”; poniendo en manos de Reynaldo Escobar Pérez, o sea las del propio gobernador, aquellos programas y recursos previstos para inclinar la balanza electoral a favor del partido de la fidelidad.

Y no se esperaba menos cuando ya el propio maestro Fidel Herrera Beltrán en días pasados pusiera en evidencia la incapacidad de su gabinete para seguir puntualmente las directrices emanadas del titular del Poder Ejecutivo Estatal, constatando de viva voz del Secretario de Desarrollo social, las aspiraciones de este de desbancar al delfín de su posición de candidato impuesto. Con la medida aprobada por el Congreso, se descobija a Ranulfo al mismo tiempo que se asegura que programas y recursos no se dispersen ni sean empleados para un destino diferente a lo que electoralmente conviene.

El PAN viene con todo en su pretensión de ganar la gubernatura de Veracruz en el 2010, encabezándolo Miguel Ángel Yunes Linares. El todo incluye programas y recursos federales asistencialistas con clara orientación electoral. El maestro Herrera Beltrán así lo percibe y actúa en consecuencia centralizando bajo su control personal lo que a programas y recursos estatales se refiere. Lo que estaría por verse es si Escobar Pérez y su paso de elefante como operador político, tocará baranda o fungirá como simple figura decorativa, sumiso firmón al servicio del patrón.

Y mientras en el aldeano ajedrez se acomodan alfiles y peones con una estrechez de miras estrictamente de corte electorero, el consenso nacional crece y se fortalece en torno a lo que para el futuro ofrece una clase política insensible y corrupta que conduce al país al despeñadero. Ya no es un secreto; la gran mayoría de la población podrá ser ignorante pero de ninguna manera pendeja; lo que esta percibe, es que cada vez es mayor el distanciamiento entre sus intereses cotidianos de supervivencia en los que se sustenta la vida económica y social del país, y los propósitos, objetivos y “buenos deseos de salvar a México”, de una nefasta partidocracia que tiene secuestrada a la endeble democracia representativa.

Clase política y sociedad civil marchan por caminos paralelos sin un punto de encuentro aceptable. Se mueven con ritmos diferentes y con grados de pertinencia y urgencia cada vez más contrapuestos para afrontar las crisis concurrentes que se agudizan. La crisis de credibilidad, sentido común e ilegítima representatividad por la que atraviesa el sistema de partidos políticos en México, está expuesta en el terreno de lo obvio; correspondiéndose con el modelo agotado de un neoliberalismo fracasado que el gobierno de México y la clase política en su conjunto se resiste a abandonar, como ha quedado asentado con la aprobación por la Cámara de Diputados de La Ley de Ingresos y Miscelánea Fiscal para el 2010, al ponerse en el tapete de la negociación el costo político partidista y no el interés de la nación.

El PRI y el PAN, mejor conocidos hoy por la agudeza del ingenio popular como PRIAN, no son los únicos que tendrán que afrontar el costo político de las canalladas del régimen calderonista. Es el sistema de partidos políticos en su totalidad el que en las urnas habrá de cargar con el costo electoral de dejar en manos del pueblo el pagar los platos rotos de más de cinco lustros de neoliberalismo despilfarrador. Ni sabe ni quiere reconocer la profundidad de su propia crisis y mucho menos su derrota como instrumento de interés público, mediador del permanente conflicto que genera el poder fáctico confrontando al interés superior de las mayorías subordinadas.

Constituido en juez y parte, el sistema de partidos políticos en nuestro país se ha privado a sí mismo de legitimidad democrática. Sirviendo a dos amos, queda mal con aquel a quien se debe, traicionándolo. El mal que ello acarrea a México en su presente y futuro, está a la vista. En el terreno de lo estrictamente electoral no podría estar peor; debiendo recurrir, para mantenerse, al manido expediente de la simulación, la manipulación mediática y el grosero manejo de programas y recursos asistencialistas a cambio del voto, capitalizando en su provecho la miseria que dice combatir.

Lo mismo en el ámbito federal que en nuestra insular aldea, el obligado costo electoral se cubrirá con dinero de los propios contribuyentes. Diputados federales y locales, expresión concreta de la nefasta partidocracia, así lo entienden actuando en consecuencia. En tanto que el grueso de la sociedad civil, hasta ahora paciente, conservador, conformista y la mayor de las veces indiferente, está al límite de su resistencia.

Suele decirse que el hilo se revienta por lo más delgado. Esperemos por el bien del país que la cauda de contribuciones fiscales directas e indirectas que habrán de descarnar la espalda de más de 50 millones de mexicanos en condiciones de pobreza y pobreza extrema, entre los que se cuenta a 2.5 millones de desempleados que sin tener ingresos deberán pagar impuestos por lo que consumen, no sea la gota que derrame el vaso.

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PRI y PAN le apuestan al desastre

Por J. Enrique Olivera Arce



Prácticamente al límite de a fecha establecida para la aprobación de la Ley de Egresos, el mayoriteo del PRI y del PAN se hizo sentir en San Lázaro, aprobándose un paquete fiscal para 2010 contrario no solamente a los intereses de la Nación, también a toda lógica dentro del marco de los esfuerzos que para aminorar los efectos de la crisis sistémica global, se vienen aplicando en casi todo el mundo, empezando por los países más desarrollados del orbe.

Sin tocar en lo sustantivo a los grandes consorcios nacionales e internacionales que operan en México y mucho menos al derroche que de recursos públicos hacen gala los tres órdenes de gobierno, al grueso de la población, asalariados y no asalariados, se le somete a un alza de impuestos que no solo van en demérito de la economía familiar, también representan una merma para la micro, pequeña y mediana empresa y un duro golpe al necesario fortalecimiento del mercado interno. Exactamente en sentido contrario a lo que recomienda el sentido común en un país al borde del desastre, cuya principal limitante para el crecimiento económico y justicia distributiva es el cargar con más del cincuenta por ciento de la población en condiciones de pobreza y pobreza extrema.

Lo que llama más la atención del proceso de negociación y aprobación del paquete fiscal para el 2010, es el descaro de una clase política insensible, cortoplacista y carente de visión de Estado y su apego a un surrealismo decimonónico que sustentado en la corrupción y la simulación, contempla el mundo al revés. La democracia representativa en México se descara como un ente abstracto en la forma y vacío en su contenido como en los tiempos del porfiriato. Senadores y diputados no responden a los electores a quienes se deben, actuando por consigna a las órdenes del titular del poder ejecutivo federal y los gobernadores.

De ahí que no queda la menor duda de que la partidocracia, controlada por el PRI y el PAN, cogobierna con estos, siendo tal su descaro que ponen en la mesa de negociación su respectivo capital político electoral antes que el interés de la mayoría de la población. Ratificando con ello que en lo sustantivo no existe diferencia ideológica o programática alguna entre los dos partidos que tienen mayoría en el Congreso de la Unión, sirviendo por igual al poder fáctico. Sus diferencias se reducen pragmáticamente al reparto coyuntural del poder formal y lo que ello representa en términos de canonjías, prebendas, y oportunidades de enriquecimiento para las cúpulas partidistas.

Los partidos minoritarios, actuando como satélites del PRI y el PAN, simulando ser oposición, son parte de un juego perverso que les permite disfrutar de las migajas, tantas como su escasa capacidad de maniobra y manipulación lo permiten. La actitud asumida por Jesús Ortega descalificando a los diputados perredistas que por la libre se manifestaran en contra del alza de impuestos, es tan sólo un pálido reflejo del clima de componendas en la partidocracia.

En este panorama, en los hechos el acceso a una auténtica democracia representativa en el país está vedado para el pueblo de México. Obligado a pagar los costos reales de la simulación contribuyendo, como en la época feudal, con la creación de la riqueza y el tributo a los poderosos; viviendo en la incertidumbre de un presente engañoso y un mañana mejor que nunca llega, sustentando su supervivencia en una falsa esperanza que le es construida ideológicamente a través de los medios de comunicación de masas.

¿Quién pagará electoralmente los platos rotos? En torno a esta interrogante gira la preocupación de la partidocracia. Para las mayorías de la población, no hay ni partidos vencedores ni vencidos. Tan responsable es el PRI y el PAN como sus satélites en la aprobación de esta nueva agresión tributaria. El gran perdedor, como siempre es el pueblo de México y así lo hará sentir en las urnas bien sea por el camino del abstencionismo o del voto nulo.

En los prolegómenos de la elección del 2010 en Veracruz, más de un diputado federal y específicamente aquel que aspira a gobernar a la entidad, tendrán que tragarse sus palabras y falsas promesas. El PRI no actuó conforme a su dicho defendiendo el interés de las mayorías. Antes al contrario, las traicionó “hincándoles el diente” negociando con el PAN mayores recursos para los gobernadores a cambio de aprobar la nueva alza de impuestos.

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IP “clava el diente” a patrimonio de los veracruzanos

Por J. Enrique Olivera Arce



Ante la incapacidad manifiesta de los gabinetes, legal y ampliado, de la administración pública veracruzana para darle uso con visión, inteligencia y criterios de racionalidad al Agrocentro Siglo XXI (elefante blanco del alemanismo mejor conocido como “el armadillo amarillo”), el gobernador Herrera Beltrán propone al congreso local autorice transferirlo a título gratuito a la sociedad mercantil “Operadora del Proyecto de Desarrollo Automotriz.

El mal ejemplo de Calderón Hinojosa cunde. Si de desmantelar al Estado se trata, en Veracruz Fidel Herrera hace lo propio.. Bajo el pretexto de que la mencionada empresa dará a empleo a 5,000 personas y venderá tractores baratos a los agricultores, propone regalar a la iniciativa privada un inmueble que es propiedad de todos los veracruzanos.

A casi cinco años de distancia, el gobernador reconoce que no ha habido forma de dar al agrocentro un empleo útil y redituable, social ó económicamente. “Le he buscado por todos lados, con empresarios del sector turístico que terminaron instalándose en Veracruz y en Xalapa, con las organizaciones del sector campesino que prefieren seguir en la ciudad, con las organizaciones religiosas de todas las denominaciones. Le he buscado con todos, hasta con los de las garnachas de Rinconada y no se ha podido”, admitió.

Lo más lamentable del caso es que el “armadillo amarillo” cuenta con una importante infraestructura agrícola, que la más elemental lógica indicaba que debería destinarse a un centro de investigación y extensión en beneficio de los hombres del campo y que bien pudo haberlo implementado la Universidad de Chapingo, la propia Universidad Veracruzana o la Sagarpa, antes que dejarle perder y ahora pretender obsequiarlo a la iniciativa privada para fines muy distintos para los que fue creado.

Fidel Herrera se cura en salud. “Si un solo diputado se opone, doy marcha atrás a la solicitud”.

Esto en el marco de un pretendido proceso de evaluación del quehacer de los servidores públicos de primer nivel, que debió implementarse desde el inicio de la actual administración y no al final del sexenio. La solicitud de transferencia “a título gratuito” de un inmueble potencialmente útil, patrimonio de todos los veracruzanos y no del gobierno del estado, basta para calificar la ineficiencia tanto de los secretarios de SEDARPA como de SEDECOP o Turismo y Cultura, así como de quien los empleara. Siendo este último quien “le buscó con todo” para darle uso, incluyendo el establecimiento de “la catedral de la garnacha” con fines turísticos. Sólo le faltó intentarlo con los “Voladores de Papantla”.

La pelota está ahora en manos de la diputación local, igual de ineficiente e ineficaz, que seguramente ya cuenta con la consigna de dejar hacer dejar pasar, para que el gobernador del empleo incremente la cuota de población ocupada con la incorporación de 5,000 trabajadores que diariamente viajarán de Xalapa o Cardel a su centro de trabajo.

Vaya manera de la IP de clavarle el diente al patrimonio estatal aprovechando ineficiencia y triunfalismo gubernamental. De gorrita café y sin el menor esfuerzo, agradecerá el obsequio seguramente intentando poner en práctica competitividad, productividad y explotación de mano de obra barata “en beneficio de todos los veracruzanos”. Aparte de los empresarios chinos, ¿Quiénes serán los beneficiarios nacionales de la pretendida “transferencia a título gratuito?

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¿Otro Frente? Calderón puede topar con pared

Por J. Enrique Olivera Arce



Es de llamar la atención que existiendo un casi unánime consenso en torno a lo que se considera como una fracasada guerra contra la delincuencia organizada y cuya negativa secuela se refleja ya en un incremento de la delincuencia común y cotidiana, Calderón Hinojosa, sin haber resuelto del todo el conflicto de los mineros se lance a una nueva aventura en sus afanes de legitimización, abriendo un nuevo frente, ahora combatiendo en contra del Sindicato Mexicano de Electricistas.

Adicionalmente, Calderón Hinojosa ante la paupérrima situación que guardan las finanzas gubernamentales y la precaria situación de la fábrica nacional, pretende disponer de los ahorros para el retiro de los trabajadores, sin previo consentimiento de estos, lo mismo en beneficio de los intereses creados del sistema bancario que opera las Afores que en apoyo a la endeble economía de nuestra ramplona burguesía nacional.

Falta de sensibilidad política, visión de Estado o un mal cálculo del riesgo que lo anterior representa, que puede orillar al país a un conflicto de insospechadas consecuencias. Las circunstancias que en el pasado permitieran a Salinas el tempranero golpe a “La Quina” o el sustituir el cacicazgo de Carlos Jonguitud Barrios en el SNTE por otro de igual o peor calaña, imponiendo a Elba Esther Gordillo, fueron muy diferentes a las que en el presente privan en el país frente a la crisis y su nociva secuela económica, política y social que ya resiente el bolsillo y seguridad de la mayoría de los mexicanos. Las condiciones del contexto general, nacional e internacional, son otras, como otras son las que prevalecen en el seno de amplias capas de la población que se sienten agraviadas y lastimadas por un gobierno sin rumbo ni brújula.

Si bien el repudio al charrismo sindical es prácticamente unánime en un país en el que la clase política se ha valido de este lo mismo para contener la lucha de los trabajadores por reivindicaciones salariales, prestaciones y mejores condiciones de vida, que como manipuladores de la voluntad popular en los procesos electorales, también es casi unánime la convicción de que tanto el charrismo como los sindicatos de protección al servicio de la iniciativa privada, tendrán que ser vencidos, tarde o temprano, por la voluntad mayoritaria y democrática de los propios trabajadores y no por decreto, capricho o interés del poder público.

Mucho menos cuando el poder público actúa en atención a una nada velada y sospechosa intencionalidad de golpear al movimiento obrero, tanto para allanarse el camino a la privatización de lo poco que queda del patrimonio de la Nación en manos del Estado, como al proyecto de reformas neoliberales a la legislación laboral, en aras de una flexibilización del trabajo en beneficio de una ineficiente iniciativa privada que, a falta de imaginación, pretende mantener e incrementar competitividad y ganancias a costillas de los asalariados.

Calderón Hinojosa debe tener cuidado, con el movimiento obrero no se juega. Podría topar con pared.

Y mientras Calderón desde su bunker se entretiene con soldaditos de plomo en el cajón de arena, apostándole a la guerra en tantos frentes como su falta de visión de Estado considera necesarios, la ultraderecha y los poderosos intereses trasnacionales hacen su propio juego en contra de los intereses de la Nación; el país sigue su marcha rumbo al desfiladero; la pobreza se incrementa, la fábrica nacional se desvanece perdiéndose soberanía, el tejido social se sigue deteriorando y, tanto la vida política como las finanzas públicas hacen agua por doquier.

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Dos mundos diferentes

Por J. Enrique Olivera Arce



Por mucho esfuerzo que se aplique, harto difícil resulta substraerse del clima de discordia y encono que de manera temprana auspicia la pedestre y hasta obscena confrontación del PRI y el PAN en Veracruz. Paradójicamente ambos partidos a su vez enfrascados en como resolver el divisionismo que, con igual carácter, se da entre sus filas.

Entre la clase política y el ejercicio periodístico que gira en torno a esta, la motivación para conformar el escenario de negros nubarrones, se circunscribe a la sucesión del Maestro Fidel Herrera Beltrán; de esta depende el obtener o conservar privilegios, prebendas y hasta una manera cómoda y rápida de enriquecerse a costa de las arcas públicas. Un todos contra todos en el que los partidos minoritarios juegan el triste papel de mirones de palo, esperando, quizá, la oportunidad de sumarse a un PAN o a un PRI que les garantice su supervivencia.

Lo curioso del asunto es que quien marca la agenda de tal confrontación, es Miguel Ángel Yunes Linares, lo mismo al interior del PAN que al interior de la administración pública estatal cuya expresión partidista, el PRI, tantito afirma que el enemigo natural de Fidel Herrera Beltrán está políticamente muerto, y tantito se muere de miedo ante la sola idea de que el actual Director General del ISSSTE sea postulado como candidato del blanquiazul a la gubernatura del estado. Y no es para menos, de lograrse la unidad al interior del PAN y el consenso se de en torno a Yunes Linares, depende que el hasta ahora delfín del gobernador, cual globo de Cantoya, se eleve o lo le corten el gas dejándolo caer.

Para la vieja guardia priísta, conocedora de la inteligencia, perversidad y perfil psicopolítico de Fidel Herrera Beltrán, está claro lo segundo. Al ahora diputado federal le cortaría de tajo la cabeza optando por el llamado “plan B”, enfrentando en su momento a Yunes Linares con un comodín a la altura de la circunstancia. Y tan pesa tal percepción de un priísmo formado en usos y costumbres de un viejo régimen que ya está de retorno, que ello ha dado lugar a un cada vez más amplio consenso en torno a la desde ahora descalificación de Duarte de Ochoa; abriéndole paso libre a un personaje con mayor formación, experiencia, empuje y capacidad para enfrentar las malas artes del neopanista; lo que ya se refleja en los medios de comunicación masiva que, al margen de los dividendos que les reditúa el inflar mediáticamente al joven delfín, piensan y actúan ya en función del futuro cercano.

La descalificación de Duarte de Ochoa, se está llevando al extremo que ya toca las fibras más sensibles del mecenas, al que públicamente se le ha colgado la etiqueta de “mentiroso y ladrón”, con la pretensión de torcerle la mano para que anticipe la caída del delfín.

Y mientras en Veracruz se teje y desteje la grilla a bacinicazos y encuestas “patito”, nubarrones oscuros ensombrecen al país en su conjunto. La alianza entre el PRI y el PAN para sacar adelante el paquete económico propuesto por Calderón Hinojosa, auspiciada por Carlos Salinas, en su calidad de “Padrino” y, el “jefe Diego” en su carácter de cabildero de los intereses del poder fáctico, es más que evidente en el Congreso de la Unión. Tan evidente, que más que hablar de un muy posible bipartidismo en México, tal alianza de intereses comunes es calificada ya por la opinión pública como un unipartidismo soez bajo las banderas del PRIAN.

Ambiente propicio para engallar a un Calderón Hinojosa, que obcecado en dar continuidad al neoliberalismo en México, presuntamente sin oposición en el Congreso al contar con la anuencia del PRI, anuncia a bombo y platillo que los trabajadores contribuirán a resolver la crisis, financiando con sus fondos de pensión y ahorro para el retiro, el rescate de de sus patrones.

Si vivieran los Constituyentes del 17, el sólo conocer tal anuncio les llevaría a la muerte súbita; lo que no sucede con una izquierda electoral ni con un charrismo sindical inerte. La lucha de clases está muerta y enterrada en México; la prioridad hoy ante la pretensión reaccionaria de Calderón Hinojosa es la pugna por el poder y el control en dos delegaciones del gobierno del Distrito Federal.

La izquierda social es otro cantar. Para esta, Calderón y el PRIAN constituyen el peligro real para México y defenderán, a su modo, pero defenderán los derechos de los trabajadores, la economía popular, y la soberanía de este país hoy vulnerada y vilipendiada desde las trincheras de la derecha. Defensa inútil en una batalla desigual, condenada de antemano al fracaso, pero al fin defensa de los más caros intereses de la Nación.

No cabe duda, el México real y el Veracruz virtual, son dos mundos conviviendo en el mismo espacio en órbitas y tiempos diferentes.

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De verdades a verdades

Por J. Enrique Olivera Arce


En una de tantas disertaciones, conferencias magistrales diría yo, con las que enriquece a su audiencia en torno a una mesa de café, el maestro Rafael Junquera Maldonado expresó, palabras más, palabras menos: No hay que confundir la verdad axiológica con la verdad mediática. En un país en el que la cultura política en la gran mayoría de la población es asignatura pendiente, el individuo tiende a ignorar la primera, en tanto que la mediática, que le es impuesta, define su comprensión del mundo que le rodea y determina tanto su íntima escala de valores e inclinación ideológica, como su participación política en la vida pública.

Lo anterior viene a cuento, porque en efecto, en el caso concreto de Veracruz, para no ir muy lejos, la verdad mediática oscurece toda posibilidad real para la población de adentrarse en el conocimiento de la realidad real. El bombardeo mediático es atroz, palabra e imágenes virtualmente preconstruidas, se encargan cotidianamente de hacernos vivir en la ilusión de una entidad federativa, en la que el hambre, objetiva y subjetiva, y la sed de justicia, no tienen cabida frente a lo bonancible y apacible de una isla de la fantasía que es ajena al desastre nacional; antes al contrario, gracias a lo extraordinario de un gobernante sin parangón en la vida política nacional -como recién lo pusiera de manifiesto un desvergonzado ex presidente de la República-, bajo su manto protector Veracruz crece, se desarrolla y ofrece a los gobernados casi el paraíso.

En este escenario mediático, es notable el como se pondera un crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) del 18% En Veracruz. Imponiéndose la verdad mediática sobre la verdad axiológica, en tanto se oculta el origen, desglose sectorial y regional e impacto social de tan sorprendente fenómeno; sin mayor explicación de cómo cuantitativa y cualitativamente tal crecimiento económico contribuye a elevar el nivel de bienestar en el conjunto de la sociedad veracruzana.

Si nos fuera dado observar el vaso medio vacío y no el vaso medio lleno, posiblemente reconociéramos que la verdad, siempre relativa, no se corresponde con la realidad virtual. Bastaría con sólo medir la relación entre el salario devengado por las mayorías, cuando se tiene empleo, y el costo de la llamada “canasta básica”, artificiosamente diseñada desde las esferas del poder, para comprobar que tanto el vaso como nuestros bolsillos, está más vacío de lo que esperáramos. Tal comprobación de un más que obvio desequilibrio entre la capacidad real de compra y el costo de los mínimos necesarios para subsistir, en sociedades como los Estados Unidos está considerado fiscalmente como quiebra técnica de la economía doméstica de los ciudadanos.

La gran mayoría de la población ni conoce de tales términos idiomáticos ni distingue por tanto, diferencia entre verdad axiológica y verdad mediática. De ello se vale la clase política que administra el poder real del país y, en su caso, específicamente de Veracruz, nuestra realidad más próxima. Ejemplo de ello, las llamadas encuestas políticas, que siempre responden a los intereses de quienes las pagan; las empresas encuestadoras no son hermanas de la caridad para desempeñarse gratuitamente. Con ellas, lo mismo se manipula dando atole con el dedo, que se inclina la intención del voto ciudadano, actuando de manera subrepticia sobre la mente de la gente para que esta asimile la verdad mediática que al poder conviene.

A finales de la semana pasada, aprovechando “el impacto” social y político de la visita del desvergonzado ex presidente Salinas –presuntamente favorable al PRI-, se difundió en los medios de comunicación de masas, impresos y electrónicos, uno de estos muestreos o encuesta, en la que con palabras, cifras e imágenes presuntamente resultantes de un trabajo metodológico técnicamente impecable, se le da a conocer a la población una verdad mediática “incuestionable”, sobre el notable crecimiento de los niveles de simpatía y aceptación alcanzados a la fecha por Javier Duarte de Ochoa, impuesto por el gobernador Herrera Beltrán como aspirante a la candidatura del PRI (fidelidad) para contender por la titularidad del Poder Ejecutivo estatal..

La realidad, terca como siempre, nos dice otra cosa. El joven delfín no crece ni mejora su posición frente a la de sus al mismo tiempo correligionarios que adversarios políticos, con igual aspiración. Sin embargo, la verdad mediática se impone en el grueso de la población e incluso en algunos sesudos analistas, que ya dan por hecho que el hoy diputado federal por el distrito con cabecera en Córdoba, ya es, a estas alturas y gracias a los resultados de una encuesta sacada del sobrero de algún mago, el elegido llamado a ser candidato oficial del primer priísta de la entidad.

Este último ejemplo, entre muchos, explica de manera muy objetiva, la importancia del papel que juegan encuestadoras y medios, generosamente pagados con recursos públicos, en la artificiosa vida política y social de la isla de la fantasía a la que con tanto amor y mimo, se refiriera uno de los más repudiados ex presidentes de la República. Quizá algún día aprendamos a diferenciar la verdad axiológica de la mediática.

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