Gobernadores de ocho estados, ven la procesión y no se incan…

J. Enrique Olivera Arce



Contribuyendo con su granito de arena a enrarecer más la ya de sí compleja y crítica situación que se vive en el Congreso de la Unión, gobernadores de ocho estados “productores” de petróleo acordaron presentar al Poder Legislativo de la Federación una propuesta de reformas legales, que permitan a los gobiernos estatales asociarse con la iniciativa privada para explorar, explotar y refinar crudo.

Extemporánea y totalmente fuera de contexto, la iniciativa de los gobernadores de Veracruz, Tabasco, Chiapas, Oaxaca, Campeche, Tamaulipas, Hidalgo y Guanajuato, no sólo no aporta a las iniciativas de fortalecimiento de PEMEX puestas a consideración de la Cámara alta del Congreso de la Unión por Calderón Hinojosa y hoy motivo de un serio diferendo. También pretende incorporar reformas al Artículo 27 Constitucional, con la franca y explícita intención de privatizar una actividad estratégica del dominio exclusivo de la Nación, en demérito de la intención de fortalecer a la paraestatal.

Pero no es sólo eso. Dado que los gobiernos estatales no cuentan con capital, tecnología, recursos humanos y materiales, para realizar por cuenta propia lo que proponen, con su iniciativa pretenden abrir la puerta a la participación de empresas extranjeras. Lo que es particularmente grave, en las actuales condiciones de la crisis política que se vive en el Congreso de la Unión y el nivel de polarización y crispación social, que ha generado la presunta intención presidencial de privatizar áreas sensibles de la industria petrolera nacional.

En otras circunstancias podría interpretarse como un intento más de agandalle de los gobernadores en cuyos estados tienen asiento diversas actividades petroleras, exigiendo mayor participación –retribución le llaman ellos- de los excedentes petroleros. O incluso, indemnización por daños ambientales ocasionados por PEMEX en sus respectivos territorios. Y como tal sería tratado tanto por el Congreso de la Unión como por la Secretaría de Hacienda. En las condiciones actuales, el horno no está para bollos. Una iniciativa de tal naturaleza, proveniente de gobernadores priístas, salvo el de Chiapas que habiendo llegado al poder por el voto perredista es ahora abiertamente panista, equivale a ponerle más gasolina al fuego y, por tanto, inaceptable para el Senado.

Aunque también podría interpretarse como un intento más de Calderón Hinojosa por abrirle espacio a las trasnacionales, mediante una iniciativa surgida de las filas del tricolor y no de la derecha panista. No es circunstancial la reciente reunión del gobernador de Veracruz con representantes de las trasnacionales energéticas españolas.

Lo que resulta extraño es que el Frente Amplio Progresista, que de antemano conocía las intenciones de los gobernadores de las entidades citadas, las hayan dejado correr, sin decir esta boca es mía; ocupados como estaban en evitar el albazo legislativo. Por cuanto a los dirigentes del PRD, Convergencia y PT, en su expresión local, también de antemano se sabía que no ofrecerían objeción alguna, pues en torno al tema petrolero, en los ocho estados “productores”, por razones públicamente conocidas, están más que convencidos de que “calladitos se ven más bonitos”. Y ni que se diga de la burocracia sindical petrolera, que bajo cualquier reforma a la fuente laboral que se apruebe, llevan mano en la expoliación de la industria. Permaneciendo por tanto a la expectativa.

La iniciativa de los gobernadores, según lo acordado, será presentada a los legisladores federales en el transcurso de la presente semana. Esperemos a ver cual va a ser la reacción, incluyendo la del resto de los gobernadores de los estados que no se consideran “productores de hidrocarburos”.

pulsocritico@gmail.com
http://pulsocritico.com

En duda la representatividad democrática

Por J. Enrique Olivera Arce



Octavio Paz definió uno de los rasgos centrales de la identidad mexicana: la ambigüedad ante nuestra memoria individual y colectiva. En efecto, no tenemos una idea clara de lo que hemos sido, ni de lo que seremos.
Rafael Pérez Gay, escritor



Para completar el escenario de incertidumbre y crispación que generaran las iniciativas de reforma, en las que Calderón Hinojosa propone modernizar a PEMEX, expresiones de la vieja guardia del PRI cuestionan el liderazgo asumido por Manlio Fabio Beltrones en la conducción de la crisis.

Varios grupos de ex gobernadores, ex legisladores y ex dirigentes nacionales del tricolor, e incluso tres gobernadores en funciones, no teniendo nada que perder pero tampoco nada que ganar, salvo quedar en paz con su conciencia, no sólo se oponen a los intentos por privatizar la renta petrolera, expresando su preocupación en desplegados y entrevistas, también tienen acercamientos con Andrés Manuel López Obrador y ganan adeptos al interior del partido tricolor.

Aunado a ello, las declaraciones del presidente Álvaro Uribe, de Colombia, etiquetando a los cinco mexicanos que se encontraban en el campamento de las FARC en territorio ecuatoriano durante el ataque del ejército colombiano, el pasado 1 de marzo, como “guerrilleros”, “terroristas”, “narcotraficantes”, y “secuestradores”, agitando el avispero hasta ahora tranquilo en la UNAM. A lo que se suma la cínica presencia de Aznar en tierras mexicanas y la violencia verbal de las vacas sagradas de los medios de comunicación, que lo mismo arremeten contra éstos jóvenes estudiantes, que califican de “golpe de estado” a la estrategia de resistencia de los legisladores del Frente Amplio Progresista.

“cuando se siembra odio, división o cizaña, se recoge también encono y división” afirma Calderón, al mismo tiempo que reedita la guerra sucia panista, confrontando y azuzando a “los violentos del PRD” en spots televisivos, con igual o mayor dosis de violencia que la que condena.

Y mientras esto sucede, la población está en ascuas. Frente a los dimes y diretes de la clase política y el catastrofismo sospechoso de los medios de comunicación, la mayoría no sólo se mantiene al margen, también alimenta su escepticismo respecto al papel que le corresponde jugar a los legisladores, presuntamente sus representantes en la farsa de una democracia representativa y su yuxtapuesto estado de derecho que le soporta. Pocos son los que lo expresan públicamente, por miedo o por considerar que el mal no tiene remedio, pero en corto, lo mismo en el hogar que en el centro de trabajo o la escuela, la mayoría dice estar convencida de que los políticos mienten y que diputados y senadores le tienen secuestrada la voz al pueblo.

Así, la crisis de los partidos políticos se hace acompañar por una crisis generalizada de credibilidad, cuestionándose al sistema político en su conjunto. Mereciéndole a la ciudadanía poca consideración para con los tres órdenes de gobierno.

Para algunos historiadores, politólogos, y analistas, México es un país de desmemoriados. Sepultamos en el olvido lo mismo las trapacerías del viejo régimen priísta que el reciente saqueo del panismo en el poder. No guardamos registro del amasiato del PRI y el PAN en la imposición del modelo neoliberal y sus consecuencias presentes. Ni queda en nuestra memoria la entrega a una iniciativa privada rapaz, de Telmex, Ferrocarriles Nacionales, el sistema bancario nacional, el sistema de pensiones, los recursos costeros, la generación de energía eléctrica; o el desmantelamiento de CONASUPO, de la petroquímica secundaria y producción de fertilizantes a cargo del Estado, de PEMEX, y de las políticas públicas de apoyo al campo. Suma de agravios a los que no son ajenos Fox, los hermanitos Bribiesca, Martita, Mouriño, en los que la sociedad ha sido víctima del turbio juego de intereses partidistas estrechamente vinculados a intereses privados.

No obstante, muchos somos los convencidos de que existe un hilo conductor, presente en la memoria colectiva, que instintivamente concita a la duda y a la defensiva, frente a la arremetida presente de la derecha que orilla al Estado mexicano a subordinarse a intereses privados extranjeros. La falta de credibilidad y la opacidad con la que la clase política concibe el ejercicio de la democracia representativa; negándose a la interacción y respeto entre mandantes y mandatarios; acotando y excluyendo la participación ciudadana en temas que son de la incumbencia de todos, disponiendo a su arbitrio del destino de la Nación, genera dudas y una natural suspicacia, que partidos políticos y gobernantes pretenden ignorar.

En el marco de este imaginario colectivo, ¿qué confianza nos puede despertar el cúmulo de argucias con la que se coloca a la ciudadanía en la categoría de menores de edad? ¿Que credibilidad pueden inspirar las prisas con las que Manlio Fabio Beltrones y Santiago Creel, acotan en tiempo, forma, contenido y participantes, al necesario debate nacional sobre el futuro de PEMEX, cuando en ello va implícito el futuro de las presentes y venideras generaciones de mexicanos? La espontánea respuesta a estas interrogantes, gira necesariamente en torno a un sospechoso contubernio entre el PRI, el PAN y una identificada fracción del PRD, para imponer la versión calderonista de una entrega a modo al capital extranjero de la renta petrolera.

Un período de 50 ó 120 días, en términos históricos es irrelevante. Lo mismo podría ser un año, como el plazo dado para el debate de las iniciativas de Reforma del Estado. A lo largo de varias décadas PEMEX ha sido objeto de saqueo y desmantelamiento y aún así su rentabilidad destaca a nivel mundial. El pueblo de México ha esperado a lo largo de centurias justicia social y económica, y aún así, no pierde la esperanza en mejorar sus condiciones de vida. ¿Esto va a modificarse si la pretendida modernización de la paraestatal se da este año o el que viene? Lo determinante es el resultado ulterior del debate, expresado en la aprobación de reformas pragmáticamente útiles en el corto plazo, y estratégicamente apuntalando con una visión de futuro el dominio exclusivo del Estado mexicano sobre los recursos energéticos de la Nación.

La prisa abona a la desconfianza, a la crispación, y a una innecesaria polarización. ¿Por qué no devolverle la voz al pueblo, rescatando credibilidad y razón de ser de la democracia representativa?

La muerte del PRD, cuestión de enfoques

J. Enrique Olivera Arce



A un mes de cumplirse ya un mes en el estira y afloja de la fallidas elecciones simultáneas de dirigentes nacionales, estatales, municipales y consejeros del PRD, celebradas el 16 de marzo, es de considerarse ya como un hecho irreversible la fractura del partido del sol azteca. Ninguna de las dos fuerzas mayoritarias que polarizaran la contienda interna, han dado su brazo a torcer. Y lo que parecía algo lejano pero siempre posible, como el que los partidarios de “los chuchos” rompieran con López Obrador, ya es un hecho de facto consumado, como es del dominio público.

Para reputados analistas, la fractura constituye la antesala de la muerte del partido. No importando quienes sean los ganadores de la pugna electoral interna, el proyecto partidario más importante de la izquierda mexicana está liquidado precisamente cuando México atraviesa por uno de sus momentos más definitorios de modelo y rumbo del país a que aspiramos. No así para la militancia que, como ya lo señaláramos en su oportunidad, en su gran mayoría tiene una visión diferente. Frente al vaso medio vacío, hombres y mujeres, honestos y ajenos a la arrebatinga por el poder y los privilegios que para la estructura formal acarrea el manejo de las prerrogativas que la sociedad asigna al partido, ven en la actual crisis un vaso medio lleno cuyo contenido hay que limpiar y fortalecer.

Un destacado militante perredista veracruzano comentaba: “A lo largo de 19 años, el partido ha generado frutos sanos y frutos podridos. La actual crisis nos da la oportunidad de sacudir el árbol, dejando que caiga la fruta que no sirve a la izquierda”. Y parece que tal proceso se está dando en los hechos, frente a la actitud que unos y otros, dirigentes y militancia, asumen frente a los intentos privatizadores de la derecha. Aceptable o no por amplios sectores de la sociedad, la estrategia trazada por el Comité Nacional de Defensa del Petróleo, de oposición pacífica pero firme a la entrega a la iniciativa privada -en especial a empresas extranjeras-, del dominio exclusivo del Estado mexicano sobre los recursos energéticos de la Nación, resulta catalizador a modo al interior del PRD para su reconstrucción y permanencia. La sacudida del árbol define quien es quien y quien sirve a la izquierda y quien no.

Sacudida que se hace extensiva -y por ello relevante para la izquierda institucional mexicana- a los otros institutos políticos que con el PRD conforman el Frente Amplio Progresista. La depuración de facto a su interior, precede a la legal. El tema de la reforma energética y más específicamente en torno a las iniciativas calderonistas llamadas a fortalecer a PEMEX, por sí sólo está orillando a la definición ideológica y política, tanto de quienes están a favor, como de quienes están en contra de ceder el control de la Paraestatal al capital privado, bajo el pretexto de fortalecerla.

No importa si con la sacudida del árbol se pierde en número, en tanto esta sea propicia para elevar cualitativamente los niveles de cultura política, civilidad, participación democrática, unidad, disciplina partidaria y toma de conciencia de la militancia del PRD, Convergencia y Partido del Trabajo frente a los problemas torales de la Nación, como parecen indicar hechos aún no suficientemente claros y explicitados pero sí implícitos en el movimiento nacional en defensa del petróleo.

De cómo se de salida a la actual crisis y de cómo actúe el PRD frente a la sociedad, consideramos será la pauta para que en su momento, no ahora, sea la propia militancia la que determine la supervivencia de su partido o le toque ser la sepulturera, y no elementos externos que ya anuncian las exequias.

pulsocritico@gmail.com
http://pulsocritico.com/





Reforma Energética. El balón está en la cancha del Congreso

J. Enrique Olivera Arce



Tras un largo período de dimes y diretes, la esperada iniciativa de reforma energética, reducida a un paquete de reformas a varias leyes secundarias que eficienticen la operación de Pemex, fue entregada por el presidente Calderón Hinojosa al Senado de la República por conducto de la secretaria de energía. En mensaje a la Nación, el titular del ejecutivo federal resumió exposición de motivos y propuestas concretas para llegarle con eficiencia, eficacia y tecnología de punta al “tesorito”. Insistiendo en que no se contempla ni modificación alguna a la Constitución General de la República, ni mucho menos privatizar un recurso que es y seguirá siendo de los mexicanos. Es más, para ratificar lo dicho, Calderón Hinojosa hizo mención a un capítulo de la propuesta, referente a la expedición de "bonos ciudadanos" que pueden adquirir mexicanos y mexicanas. Costarán, según dijo, 100 pesos, y generarán rendimientos a sus tenedores como los que genere la paraestatal petrolera, individualizando (bursatilizando) el usufructo de la renta petrolera por encima de lo dispuesto en la Constitución de la República.

Lo destacable del mensaje, es que en la exposición de motivos, se reitera lo expresado en el diagnóstico catastrofista ya desechado tanto por el PRI como por el PRD, así como por las ventajas aún no aprovechadas por la paraestatal que ofrece la perforación en aguas profundas del Golfo de México y la construcción de nuevas refinerías que reduzcan la dependencia del extranjero, contribuyan a la preservación del medio ambiente y al impulso al desarrollo integral del país. Ofreciéndose el oro y el moro a partir de recuperar e incrementar la capacidad de extracción y generación de divisas.
“Mientras otros países llevan muchos años explorando aguas profundas para aprovechar la riqueza petrolera, apuntó, en México no hemos podido empezar...”; "México está perdiendo terreno frente a la competencia internacional, de ser Pemex una de las empresas más importantes del mundo, hoy se encuentra en el lugar número 11”; “La producción ha caído y hoy extraemos 300 mil barriles diarios menos que hace tres años. Esto significa que estamos dejando de recibir algo así como 100 mil millones de pesos anuales y con ese dinero hubiéramos podido multiplicar por cuatro el presupuesto del programa Oportunidades, que es el apoyo que se da a las familias más pobres del país”; “La buena noticia, mexicanas y mexicanos, es que sí es posible aumentar la capacidad para encontrar nuevas reservas petroleras, que sí es posible ampliar la capacidad de producción de Petróleos Mexicanos, en beneficio del país”, fueron algunas de las frases con las que Calderón Hinojosa enfatizara lo sustantivo del cuestionado diagnóstico y hoy parte de la exposición de motivos de la iniciativa de reforma.
Nada nuevo bajo el sol, recurriéndose una vez más al manido argumento del patrioterismo ramplón que suele utilizar Calderón Hinojosa; autonomía de gestión, combate a la corrupción y la búsqueda de altos índices de excelencia y productividad, en la administración y operación de Pemex, que en su momento manejara Georgina Kessel, secretaria de energía, frente a los legisladores del PRI y el PAN.

Respecto a las propuestas concretas que a decir de Calderón Hinojosa contempla la iniciativa de reforma Light, estas conforman un decálogo que combina medidas concretas menores de orden fiscal con otras de corte productivista y de eficiencia administrativa, sin tocar modificaciones de fondo a la situación actual de retención de un alto porcentaje de los ingresos de la paraestatal a favor del gobierno federal y de los estados y municipios, que prácticamente ata de manos a Pemex ante la necesidad de reinvertir por cuenta propia en mantenimiento, investigación, tecnología, exploración y extracción del crudo. Así como le impide contar con recursos líquidos para emprender nuevos proyectos de refinación y petroquímica secundaria. Antes al contrario, de antemano anunció que a un mayor volumen de extracción y de refinación, el gobierno estaría en condiciones de disponer de suficientes recursos para impulsar la modernización del país y el abatimiento de la desigualdad y el rezago social, ignorando la necesidad de abatir el creciente endeudamiento de la paraestatal, incluido el lastre de la deuda laboral.

El balón está en la cancha del Congreso. De lo que resulte del análisis de la propuesta calderonista, dependerá el posicionamiento de las diversas fuerzas políticas representadas en ambas Cámaras y del movimiento social que desde la calle tiene algo que decir al respecto. Lo único seguro y sin lugar a dudas, es que ya han sido demasiados brincos estando el suelo tan parejo. De una esperada iniciativa de reforma estructural que contribuyera a la Reforma del Estado mexicano, Calderón apenas ofrece una tímida reforma que, de no mediar otra, más amplia, de carácter fiscal que le acompañe, nos deja igual que al principio del estira y afloja, dejando la puerta abierta a los contratos de servicios múltiples y constatándose el especial gusto de la actual administración federal panista por el gatopardismo.
http://pulsocritico.com
pulsocritico@gmail.com


La gallina de los huevos de oro y los molinos de viento

J. Enrique Olivera Arce



Tal y como era de esperarse, y así lo anticipamos, enredado en sus propias contradicciones, el Partido Revolucionario Institucional, por conducto de Beatriz Paredes Rangel, presidenta del Comité Ejecutivo Nacional, fijó la postura de su partido, en torno a la polémica intención calderonista de ir al encuentro del “tesorito” mediante una privatización simulada de los recursos energéticos de la Nación.


En el seno del Consejo Político Nacional del PRI, celebrado en la capital política de facto de Veracruz, Beatriz Paredes fue enfática al señalar que el gobierno del presidente Felipe Calderón no debe eludir su responsabilidad y presentar la iniciativa en la materia y que sus legisladores actuarán con patriotismo, valor y energía en defensa de los intereses de los mexicanos. “En materia energética el PRI se pronuncia contra cualquier intento de privatización del patrimonio de los mexicanos y reconoce que es necesario revisar y transparentar las formas y los medios a través de los cuales se administra”, estableció Paredes.


Coincidiendo con diversos expertos en el tema energético, que han expresado que el debate no debe circunscribirse a la operación de la paraestatal, sino que la reforma energética debe inscribirse en un contexto más amplio, con visión estratégica, en el que no debe eludirse el futuro de las nuevas generaciones y la preservación de soberanía y seguridad nacional, la ex gobernadora de Tlaxcala señaló la necesidad de una política integral que contemple un horizonte de largo plazo, que preserve la soberanía energética al tiempo de coordinarse con finanzas públicas, cadenas productivas, uso del suelo y agua, desarrollo del campo, y preservación del medioambiente. Planteamiento con el que se acota la impaciencia de algunos destacados personajes del tricolor, entre ellos los gobernadores de los estados productores, que con criterios inmediatistas de corto plazo, pretenden ubicar a su partido frente a la reforma en un escenario típicamente electorero y de arrebatinga de la renta petrolera.


No debemos ni podemos matar a la gallina de los huevos de oro, ni persistir en que Pemex siga siendo la caja chica que substituye la ineficacia en la captación de recursos del gobierno federal, puntualizó Paredes Rangel.


Y si bien la presidenta del PRI aclaró, en alusión al ya de antemano descalificado diagnóstico calderonista, que el debate nacional viene de lustros atrás y que siempre se pretende polarizar o arrinconar el análisis con posiciones extremistas, el PRI está por encima de la urgencia de la derecha por forzar, a través de diagnósticos catastrofistas, decisiones antihistóricas que enajenan el patrimonio de la nación. También cura en salud a su partido al enfatizar que por encima de la invención de molinos de viento para manipular la vocación nacionalista del pueblo, reivindicando mesiánicamente lo que las fuerzas políticas progresistas y consistentes defiende el PRI con firmeza y responsabilidad política sin necesidad de estridencia ni demagogia electorera, en clara alusión al movimiento social de defensa del petróleo que encabeza López Obrador. Con lo que acota y ratifica la postura centrista del tricolor y, de hecho, deslinda a este de la confrontación polarizada entre la derecha y la izquierda movilizada.



Y no podía ser de otra manera, considerando que en el espinoso asunto de la privatización, el PRI es juez y parte. La iniciativa privatizadora no parte del panismo en el poder. Fox y Calderón han dado seguimiento a las políticas neoliberales implementadas por los gobiernos priístas de Miguel de la Madrid, Carlos Salinas y Ernesto Zedillo, posicionamiento político e ideológico del que el tricolor no ha logrado desprenderse y del cual se derivan las actuales contradicciones que se observan al interior de este partido. Inclinarse a favor del PAN o del Frente Amplio Progresista y el movimiento social de rechazo a la privatización del petróleo, tales contradicciones se agudizarían al extremo de fracturar la unidad que hoy se sostiene con pinzas.


De ahí que Beatriz paredes, con capacidad política y visión de futuro que no le reconocen sus detractores, anticipándose lo mismo a Manlio Fabio Beltrones que a Manuel Bartlett, con su discurso deslinda al PRI del debate simulado a que llama Calderón Hinojosa, llamando, a su vez, a las filas priístas, a mantener la calma, la disciplina y paciencia necesarias, en espera de ver pasar frente a su puerta el cadáver del enemigo, para actuar en consecuencia.


La presidenta del institucional se reivindica a sí misma y retorna a la posición política que muchos le niegan. No obstante, no puede echarse en saco roto un hecho incontrovertible: la mano que mece la cuna en el PRI sigue siendo la de Carlos Salinas.


Pulsocritico@gmail.com
http://pulsocritico.com




¿Con quién bailará Veracruz?

J. Enrique Olivera Arce


La mini batalla en el Congreso local que entre el presidente de la Junta de coordinación política y la bancada panista que insistentemente han venido destacando los medios de comunicación, la da por concluida el gobernador Herrera Beltrán. Sin embargo, podría pensarse que el presunto conflicto no pasó de ser simple cortina de humo. Claro con algunos daños colaterales: perdió crédito político Héctor Yunes Landa, a costa de un pírrico triunfo de Alejandro Vázquez Cuevas (Pipo), y una vez más los dirigentes estatales y diputados locales del PRD y Convergencia, doblan las manos. ¿O fueron maiceados?

La percepción que queda es que mediáticamente se buscó desviar la atención de la opinión pública veracruzana del tema energético, tras las sorprendentes -inoportunas y desalineadas- declaraciones del gobernador Herrera Beltrán a favor de la inversión privada en Pemex, mediante la fórmula de “Alianzas inteligentes”. Posicionamiento en el debate con el que el experto político veracruzano, cosa rara en él, se contrapone con lo expresado por la presidente nacional del PRI, que rotundamente dice no a la privatización; con la ambigua posición adoptada por el poderoso senador Manlio Fabio Beltrones, obligado por las circunstancias a pronunciarse por el no y, de paso, considerando legítima y legal la integración de las brigadas del movimiento social de defensa del petróleo.

También la iniciativa de Fidel Herrera, respetable y sin duda bien intencionada, choca con el rechazo a la privatización de la mayoría de los senadores priístas, quienes se pronunciaron a favor de “abordar la impostergable modernización y fortalecimiento de Pemex, bajo tres premisas claras: rechazar cualquier intento de privatización, no a la reforma al artículo 27 constitucional y no a los contratos de riesgo”.
Y por si fuera poco, el ex senador y cabeza visible de la corriente progresista del PRI, Manuel Bartlett Díaz, hizo en Morelia un llamado a diputados y senadores del tricolor “a no caer en el canto de las sirenas de los coordinadores del tricolor en las cámaras del Congreso de la Unión, Emilio Gamboa y Manlio Fabio Beltrones, respectivamente, pidiéndoles votar en contra de cualquier iniciativa, “aun si es del PRI, para privatizar Petróleos Mexicanos…”, respaldando la movilización de “los comandos en defensa del petróleo, ya que está en riesgo la soberanía de la Nación”. El ex gobernador de Puebla reiteró su rechazo a cualquier intento de privatizar Pemex o modificar el artículo 27 constitucional. Enfatizando que la actitud de Beltrones y de Gamboa está conduciendo al tricolor a convertirse en “la cola del PAN” y “su pareja de baile”.
Así ante la proximidad del Consejo Político Nacional del tricolor, en cuyo seno sin duda se abordará el tema de la iniciativa de reforma energética, ratificándose el acatamiento a lo que dictan los documentos básicos del partido, la propuesta veracruzana denominada “Alianza inteligente”, en automático, queda fuera de lugar, en un amplio contexto de rechazo a cualquier intento o modalidad de privatización de los recursos energéticos de la Nación.

Tras la pifia, se simularía un combate frontal del priísmo contra el panismo local, contra el Pipo y su bancada, en el que por cierto quedaría en medio el diputado local Héctor Yunes Landa, delfín de Beltrones para el 2010, al que le ha quedado grande el cargo de presidente de la Junta de Coordinación Política de la Legislatura local, requiriéndose la intervención del gobernador para dar por concluido el mini conflicto. Cuando en el fondo, de lo que se trataría es de diluir la mala impresión que causara entre los mismos priístas veracruzanos, el posicionamiento del gobernante a favor de la entrega de la renta petrolera a empresas privadas y especialmente extranjeras, como se está haciendo con la generación de energía eléctrica.

Ahora, para Veracruz el siguiente paso es tratar de salir del atolladero frente al Consejo Político nacional del tricolor; definir con que PRI se está, o si por convenir así a la entidad, la alineación es con Calderón Hinojosa, como se infiere tras la reunión de Fidel Herrera con el aún secretario de gobernación.

A partir de esta percepción, bien cabe preguntarse: ¿Con quién bailará Veracruz?
pulsocritico@gmail.com
http://pulsocritico.com