Veracruz; prioridades
Por J. Enrique Olivera Arce
Pulso crítico
“El país arde, y
nosotros discutimos de quién son las mangueras”. Xosé Manuel Beiras
Círculos políticos
y prensa de acompañamiento en Veracruz, entretenidos en el sempiterno juego de
intereses electorales encontrados, parecen sentirse cómodos manteniéndose al
margen de la peor crisis política de los últimos treinta años en México.
Tanto a nivel
partidario como al interior de la administración pública estatal y municipal,
la prioridad está puesta en el proceso electoral en marcha así como en dimes y
diretes en torno a la viabilidad de los Juegos Centroamericanos y del Caribe,
siendo este evento deportivo parte del herramental utilizado para descalificar
lo mismo a los de casa que al adversario u adversarios de enfrente.
Salvo contadas
voces con intención de llevar agua a si molino más que por genuina
preocupación, el malhadado crimen que ha puesto en jaque al gobierno de la
república y al régimen político del
Estado mexicano, exhibiendo la profundidad de su crisis terminal, la mayoría de la llamada
clase política y la prensa oficialista de la entidad, no parece escuchen,
sientan, se preocupen u ocupen por los pasos que retumban en el tapanco.
Si la violencia
criminal de la delincuencia organizada no existe en Veracruz y los delitos de
baja estofa se combaten con “robocops”, no hay purrum en el cotarro. Todo está
bajo control y la airada voz de una sociedad lastimada, sólo es de llamar la atención cuando incurre
en “vandalismo”; la protesta ciudadana y en especial la de los jóvenes
estudiantes, es legal y tolerada si es pacífica, modosita, bien portada y no
incurre en el exceso de afectar intereses de terceros ó pedir la cabeza de Peña
Nieto.
La prioridad es
dilucidar el quien, el cómo y el cuando habrán de postularse fulano o perengano
como candidato a la sucesión del que dicen manda en Veracruz. En torno a ello,
afecto y desafecto, tinta y lodo por delante, transcurre la bucólica vida
política de la entidad, mientras la nave se hunde con la lumbre llegándole a
los aparejos.
Nadie en estos
círculos, rojos, azules, amarillos, verdes o tornasoles cercanos a un poder que le apuesta a no poder,
alcanza a percibir que por los antecedentes documentados, o bien por la
obviedad de una realidad presente, Veracruz podría encontrarse en igual o peor
tesitura que Guerrero o Michoacán. Prever y con oportunidad limpiar la mugre
bajo la alfombra, no está en el ánimo ni en las prioridades en un próspero
granero que tiempo ha viene transitando en los márgenes de un estado de derecho
deteriorado y cuestionado.
Las airadas voces
de alerta ni se ven ni se escuchan. Ni Guerrero ni el país entero son Veracruz,
que éstos con su pan se coman una crisis que no es de la incumbencia de los
veracruzanos.
Hasta que el hilo
reviente por lo más delgado… Y cuidado,
que ya se está tensando más de lo que la paz social recomienda; lo que el
torrente de desigualdad, exclusión y pobreza arrastra bajo sus aguas podría dar
la sorpresa.
Hoy son los jóvenes
estudiantes quienes alzan la voz, maña quien sabe…
Y en este
escenario, es de llamar la atención el que voces calificadas rompan el esquema,
haciéndose eco de la paranoia que invade al primer prísta del país. El respeto
al mandato constitucional y el que nos merecen las instituciones republicanas,
tiene límite. Cuidemos de su integridad y reflexionemos civilizadamente sobre
su futuro, antes que ir contra ellas, dicen desde el mismo seno de las instituciones
cuestionadas.
No se paran mientes
en que el hartazgo, indignación y protesta, bien puede no ser justificado ni
legal a la luz de los intereses de un régimen corrupto, pero sí legítimo en el
ámbito del derecho natural de un pueblo a cuestionarse sobre la forma de
gobierno que el mismo se ha dado. Al fin y al cabo ¿quién lanzó la primera
piedra, infringiendo la ley?
La violencia sea
cual fuere su origen, motivación o expresión palpable de conductas
antisociales, no es deseable, pero no puede descalificarse a priori sin tener
los pelos de la burra en la mano. Frente al monopolio de la fuerza del Estado,
ejercido a tras mano, en lo oscurito y con aviesos propósitos, ó la violencia
criminal de la delincuencia organizada o desorganizada que daña todo lo que
toca, no puede dejar de justificarse la violencia de los ofendidos, hoy
indefensos ante la ausencia de un estado de derecho que por ellos vea.
Hoy son ellos, juventud
vulnerable y victimada, mañana bien podríamos ser nosotros, todos por parejo.
No nos engañemos.
No se puede ni debe estar cómodamente al margen de una crisis social y política
que, arrastrando a toda la sociedad, no tiene respuesta valedera por el camino
de las urnas. La política electoral y con mayor razón la politiquería que vela por
el reparto del botín, no es hoy prioridad. No es una elección lo que está en
juego como tampoco el buen nombre de las instituciones republicanas, es algo
más, de mayor relevancia y trascendencia, el pacto social que da cohesión al
Estado mexicano.
Reflexionemos.
México vive la hora de su definición. O se está por la continuidad del más de
lo mismo, sujetos a un régimen político corrupto y caduco, o se compromete por
la reconstrucción democrática del Estado por los amplios caminos de la
participación consecuente y responsable de todos.
Lo otro, la grilla
palaciega, es lastre que bien puede tirarse por la borda.
Hojas que se lleva el viento
La seguridad
pública es el mayor legado en 4 años de mi gobierno, afirma ufano el Sr. Doctor
Javier Duarte de Ochoa. ¿Hay razón o argumento de peso para dudarlo y
desmentirle?
-ooo-
De nueva cuenta las
imágenes de mujeres, viejas y no tan viejas mostrando sus descarnadas miserias
en la vía pública, dan la vuelta al mundo. Nadie frena tan ignominioso
espectáculo; la autoridad coludida con el movimiento lumpen autodenominado
“Cuatrocientos pueblos” es parte del show. Auspiciando, financiando,
manipulando y utilizando el bailoteo de féminas en cueros -protagonistas y víctimas
per se del clima moral de domina la vida política de la entidad-, desde las
esferas del poder se construye cortina tras cortina de humo para encubrir sin
resultado práctico su propia desnudez política y moral.- Cd. Caucel, Yuc.a 26
de octubre de 2014.
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