¿Nuevo ascenso de masas?
Por
J. Enrique Olivera Arce
Cd.
Caucel, Yucatán., octubre 29 de 2014
Pulso
crítico
Todo parece indicar que
para la crisis sistémica global y las concurrentes que una a una aquejan a la
mayoría de los países del orbe, no hay respuesta. Habiendo trascendido el marco
de la especulación teórica y posicionamientos de la academia, así como la
capacidad de maniobra de la llamada clase política, trátese de jefes de Estado
representación parlamentaria o partidos políticos rebasados por una necia
realidad que no cede, la única explicación y barruntos de salida se ubica ya en
la percepción de masas.
Hombres y mujeres
comunes, superando a filósofos, sociólogos, economistas, politólogos,
gobernantes y fauna de acompañamiento,
viviendo en carne propia efectos y consecuencias de la crisis neoliberal del
capitalismo de nuestros días, intuitivamente y más allá de un primario sentido
común, ubican el origen del pandémico descalabro sistémico y ofrecen
alternativas de salida que, si bien, no son acordes con propósitos y objetivos
cupulares, si apuntan al salvataje de una humanidad amenazada por el mayor de
los holocaustos hasta ahora conocidos.
No es la política,
tampoco la economía o la reconstrucción democrática del tejido social por sí
mismas en el ámbito de su respectiva competencia, en donde la percepción de
masas encuentra la solución a la crisis. Pragmáticamente, intuye que la
respuesta a la problemática actual debe
ser integral, multidimensional y horizontalmente incluyente al margen de intencionalidad,
propósitos, objetivos y acciones concretas del uno por ciento de la población
mundial, sustento del capitalismo salvaje en su actual etapa neoliberal de
despojo y genocidio.
Lo que a mi juicio, es
reflejo de un nuevo ascenso de masas en la permanente lucha anticapitalista y
antiimperialista, tomándose consciencia de que el sistema dominante no sólo ya
no da más a favor del noventa y nueve por ciento de la población mundial, sino
que opera en contra de la propia vida del planeta y sus habitantes.
Esta realidad que
subjetivamente anida en la percepción de masas a escala mundial, se expresa
cada vez en mayor medida en una clara consciencia de que ésta es reflejo de una
realidad real, objetivizando la necesidad de cambio y transformación, actuando
en consecuencia.
No hay lugar del mundo
en el que no estén resurgiendo movimientos sociales anticapitalistas que
desmienten tanto al fantasma del fin de las ideologías y de la lucha de clases,
como el mito del eterno destino manifiesto del sistema dominante.
Incipiente aún,
dispersa, sin organización y acción unitaria en torno a un programa mínimo de
las clases subordinadas que aglutine y oriente la acción de masas, estas, sin
embargo se mueven, pesan y empiezan a determinar rumbo y destino de la sociedad
deseable para el futuro inmediato.
El reformismo
envolvente y adormecedor de conciencias, va quedando atrás. Una vanguardia
consciente de la humanidad se encamina a nuevas acciones revolucionarias que
cambien la faz del planeta. La vieja disyuntiva entre pacifismo y violencia
revolucionaria retorna al escenario mundial.
Contrario a los
paradigmas de Marx y la mayoría de los grandes pensadores socialistas de
finales del siglo XIX y de principios del XX, los gérmenes de una nueva
concepción de revolución mundial, no se expresa en el movimiento obrero más
adelantado, como podría ser el de la vieja Europa. La vanguardia en nuestros
días se deja ver entre los pobres más pobres de la tierra, los pueblos
originarios excluídos de siempre, entre una clase media empobrecida y en una
juventud insatisfecha y rebelde sin expectativas de empleo y de futuro; No
teniendo nada que perder, imprimen rumbo
y voluntad de triunfo en esta nueva etapa de ascenso de masas, frente a
una clase dominante a la defensiva y sin
respuestas a una crisis que se prolonga en tiempo y consecuencias..
Si consideramos como
plenamente vigentes las teorías de la Revolución Permanente y del Desarrollo
Desigual y Combinado de la Historia de Trotsky, los sectores más rezagados y
vulnerables del orbe, haciendo suyos conocimiento acumulado y guiados por la
memoria colectiva de la humanidad en su conjunto, son hoy el motor de la
historia al que se enfrenta el reacomodo y redistribución del mundo de las
grandes potencias dominantes y el capitalismo en su actual etapa neoliberal.
Creo que es en este
contexto que habría que ubicar la actual crisis del régimen político en México.
Incapaz de dar respuesta a los grandes retos de un país sin rumbo, a la
defensiva se pliega y se revuelve sin encontrarle la punta al mecate de una
madeja que cual bola de nieve resbala y rueda ladera abajo.
Puede más la inercia
del subdesarrollo que las reformas presuntamente estructurales de un modelo de
desarrollo neoliberal que la gente rechaza y lo expresa de viva voz.
Ya no es solamente
percepción subjetiva lo que flota en el ambiente. Los mexicanos constatan y
viven en carne propia la realidad real de la incapacidad de un Estado en
crisis, cuyo régimen político caduco, corrupto e inoperante, es superado
por colectivos que cobrando conciencia
de su realidad están diciendo ¡Basta!; sumándose a la ola ascendente de una
nueva etapa de la lucha permanente de las masas del mundo por su liberación y
mejores condiciones de existencia.
Lo que hoy parece fuera
de lugar y superado por la historia, bien podría ser el ruido del permanente
correr de las aguas de un torrente en busca de cauce. La resistencia se abre
paso.
pulsocritico@gmail.com
http://www.pulsocritico.com
http://pulsocritico.wordpress.com
<< Home