La sucesión. Contraparte
J.
Enrique Olivera Arce
Pulso
crítico
Reflexión coyuntural: En la
política la fidelidad tiene un altísimo costo personal y colectivo. Veracruz lo
está viviendo en carne propia.
Metiendo baza en la telaraña de especulaciones y adivinanzas en torno a
la sucesión del Sr. Duarte de Ochoa en el 2016, en mi maquinazo anterior ( La sucesión. Especular es el juego) consideré como
determinante, en la designación de candidato viable, el mayor o menor
acercamiento y compromiso con el proyecto neoliberal que en el país impulsa el
Sr. Peña Nieto. Esto referido a los partidos signatarios del llamado “Pacto por
México” y en específico al PRI y al PAN, e implícitamente aunque no se
mencionan, a los satelites subordinados.
Uno de mis contados lectores, me hace la observación de que en la
contienda también cuenta la participación de la autollamada izquierda. en
el juego electoral, luego no se puede ignorar.
Indudablemente tiene razón, no obstante, mi apreciación gira en torno a
los “adelantados” que, de motu propio se han lanzado al ruedo o bien,
mediáticamente señalados como aspirantes a la minigubernatura de 2 años. Y
entre estos, aún no figura ningún “madrugador” que pudiere ser respaldado por
los partidos de la izquierda electoral. En la inteligencia de que el PRD no
entraría en esta denominación, ya que se auto descalifica en tanto se ha
alineado a la derecha con el proyecto neoliberal peñista.
Por lo que, a mi juicio, estaríamos refiriéndonos a Morena, Movimiento
Ciudadano y, si acaso, al Partido del Trabajo -en vías de perder su registro-.
Institutos políticos que aún no dan color sobre la posibilidad o no de una
alianza formal o de facto, nominando a un candidato único, o si se
inclinan con ir solos a la elección como en su momento lo ha considerado Andrés
Manuel López Obrador.
Guardando un mínimo de congruencia, tanto Morena como Movimiento ciudadano,
ambos opositores al proyecto trasexenal de Peña Nieto, solos o en alianza, en
su momento tendrían que optar por un candidato afín a su carácter opositor. No
sin antes sopesar que la única forma de competir con relativo éxito en la
contienda, es mediante una alianza táctica en el 2016 con vías a otra, de
carácter estratégico y a nivel nacional con vías a la sucesión presidencial en
el 2018.
En el marco de este
supuesto, nadie de la llamada izquierda tempraneramente ha dicho esta boca es
mía, independientemente de si aspiran o no a competir por la candidatura al
gobierno de Veracruz. Empero, si de especular se trata, mediáticamente se
ha insinuado que la diputada federal electa por el Distrito de Coatzacoalcos,
Rocío Nahle García, podría ser nominada por Morena, habida cuenta no solo de su
cercanía con Andrés Manuel, sino también por su destacado papel en el
Movimiento que encabezado por el tabasqueño se aplicó en la defensa del
petróleo y Soberanía Nacional en contra del proyecto privatizador que, como
“reforma energética estructural”, aprobara por mayoriteo el Congreso de la Unión.
Norma Rocío Nahle
García, Ingeniero Químico con especialidad en Petroquímica. y con un amplio
currículum tanto en el tema energético como en el campo de la lucha social que
le respalda, por acuerdo del grupo parlamentario de su partido, coordinará la
bancada lopezobradorista en la LXIII Legislatura.
Cabe señalar que la
diputada electa también mantiene una estrecha relación de amistad y
compañerismo con la dirigencia nacional tanto de de Movimiento Ciudadano como
del PT. Lo que le coloca en la tesitura de aspirar a la candidatura común de
una posible alianza, aunque por ahora lejana, Morena-MC.
Fuera de Norma
Rocío Nahale García, no se vislumbra en Veracruz otro personaje con tamaños
suficientes para dar la pelea en contra del proyecto neoliberal, privatizador y
empobrecedor de Peña Nieto y los partidos que le respaldan. Si así se dieran
las cosas, la ingeniero participaría en un proceso polarizado en el que estaría
en juego el destino próximo de un Veracruz que exige rescate y nuevo rumbo.
¿Qué tanto pese en
la contienda veracruzana el peso específico del liderazgo social y político de
López Obrador, para que la presumiblemente candidata al gobierno de dos años,
competitivamente pueda dar paso a la alternancia? Eso estaría por verse, empero
no hay que echar en saco roto que los veracruzanos ya no quieren más queso,
sino salir –literalmente- de la ratonera.
Igual cabría la
misma pregunta, referida a Dante Delgado y en relación a Movimiento Ciudadano,
si capitalizando la experiencia recien vivida en Jalisco, se aplica con
seriedad, coherencia y congruencia en la
entidad veracruzana.
Los plazos se
acortan y los aspirantes del PRI a diferencia de Nahale García, ya llevan un largo
camino andado. El tiempo nos dirá si la o los candidatos de la izquierda
electoral acortan la distancia.
Por lo pronto no se
puede ignorar que el propio Peña Nieto ya deslindo el campo electoral: neoliberalismo a ultranza, o
“la amenaza que representa el populismo”, en referencia a López Obrador, Morena un nuevo proyecto de Nación.
Este deslinde, a mi
juicio, sería el marco de referencia para la contienda del 2016 y 2018 entre el
PRI-AN y la autollamada izquierda electoral. Lo mismo podría decirse para la
masa nacional y estatal de electores que, por ahora, solo jugando el papel de mirones de palo tiene ante sí la
disyuntiva del más de lo mismo o correr el riesgo de un auténtico cambio de
rumbo.
Como tampoco se
puede ignorar que las circunstancias coyunturales modifican todo escenario
previsible. De la semana anterior al día de hoy, con la amplia repercusión
nacional e internacional de ejecución de 5 jóvenes en la ciudad de México, entre
los que se encuentra un reportero grafico, así como una activista de la Universidad
Veracruzana , los nomios actúan de manera determinante en contra del partido gobernante, vetando, de
facto, toda posibilidad de que el gobernador Duarte de Ochoa pueda influir en
su sucesión.
Quiero dejar
constancia de que se especula en torno a la designación de candidatos, la
elección de gobernador es otro cantar y la decisión última residirá en el Poder
Judicial de la Federación.
Hojas que se lleva el viento
Sin proponérselo,
el legítimo movimiento de indignación pública, solidaridad, protesta y
exigencia de justicia en torno al asesinato del periodista Rubén Espinosa, la
activista de la UV ,
Nadia Vera y 3 mujeres más, contribuyen
como un distractor que aleja a la población del interés por los problemas
torales de orden económico, financiero y de deterioro del tejidos social, que
tienen postrada a la entidad. El peso del bombardeo de la prensa nacional e
internacional se deja sentir con toda intensidad, reflejando la pérdida de
aceptación y confianza en las autoridades. El ya basta de periodistas y
activistas asesinados, se generaliza alimentando la sensación de inseguridad y actuando como catalizador del descontento y
hartazgo social.
Sea cual fuere el
resultado de la investigación y sanción a quien o quienes resulten responsables
del artero crimen, lo cierto es que en el imaginario colectivo la percepción
tiene peso y consecuencias políticas. El que pega primero pega dos veces y, en
este penoso y condenable suceso, en Veracruz las redes sociales llevan ventaja
exhibiendo la autocensura en la mayoría de la prensa estatal, en detrimento de
la credibilidad en autoridades y medios locales de comunicación. El gobernador
veracruzano está en la picota pública nacional e internacional y el silencio
pagado no es su mejor defensa.
Desde estas líneas
nuestra solidaridad con el gremio periodístico y nuestro sentido pésame a familiares
y amigos cercanos de Rubén Espinoza y Nadia Vera, haciendo votos porque de una
vez por todas se frene el clima de violencia y atentados contra la libertad de
expresión que se deja sentir sobre comunicadores, activistas y líderes sociales
veracruzanos.- Xalapa, Ver., agosto 5 de
2015.
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