Veracruz. “La Dinastía” Borunda

Por J. Enrique Olivera Arce




“Fidel inició su mandato engañando y lo concluye engañando. Nos mintió a todos”, me comenta un ex alto funcionario del gobierno de Veracruz., por cierto muy cercano a Javier Duarte de Ochoa. Los únicos beneficiarios de un gobierno sustentado en la mentira y el engaño fueron aquellos, por cierto no todos veracruzanos, que conformaran la caterva de jovenzuelos arribistas que, a la sombra protectora y cómplice del “señor”, se enriquecieron sin medida en escasos seis años, agregara a su comentarios mi interlocutor…

Nada nuevo bajo el sol. Conforme se reducen la cuenta regresiva para la conclusión del mandato del Mtro. Fidel Herrera Beltrán y se amplía el plazo para conocer en definitiva la resolución inatacable del TRIFE en relación a la elección de gobernador, entre propios y extraños se arriba a la misma conclusión: Fidel le mintió a los veracruzanos, ofreciendo las perlas de la virgen para terminar con una administración pública en bancarrota y dejando la más abultada deuda pública de que se tenga memoria.

Por cuanto a los jovenzuelos sinvergüenzas, y uno que otro viejo mañoso, nadie se da ya por sorprendido. Los resultados de sus pillerías están a la vista y la ostentación que hacen de estos es del dominio público.

Lo que si no deja de sorprender es que varios de estos últimos, ya se nominan como continuadores impunes del saqueo, como acompañantes de Javier Duarte de Ochoa, hasta ahora gobernador electo de Veracruz, como herencia que Fidel Herrera Beltrán lega a su sucesor. De ahí que se derive la idea de que a lo largo de los próximos seis años, no va a variar, ni un ápice, la tónica de gobierno del hijo predilecto de Nopaltepec. “Fidel será el poder tras el trono”, se afirma.

Nada más alejado de la verdad, me comenta un analista bien informado y profundo conocedor de las entrañas de la fidelidad. Fidel termina y se va de Veracruz, sin dejarle a Duarte mayor legado que la imagen de un pésimo gobierno, así como la titánica tarea de enmendar entuertos, tapar hoyos y coordinar la reconstrucción de un Veracruz abatido por los efectos de una naturaleza desbordada. La realidad es otra, el poder tras el trono será ni más ni menos que Doña Rosa Borunda Quevedo, ya deslindada de los excesos del marido, me dice.

Es cuestión de observar, más que ver, comenta mi informante. Para empezar y bajo el supuesto ya casi un hecho de que Javier Duarte de Ochoa sea el próximo gobernador, puntualiza, la mejor y más destacada virtud del joven cordobés es la gratitud, no existiendo la menor duda de que sabrá honrarla en todo momento. Duarte le deberá la gubernatura a Doña Rosa y no a Fidel, así como de resultarle negativo el resolutivo del TRIFE, el golpe provendrá del comportamiento del actual gobernador a lo largo del proceso electoral y no de la ponderada, discreta y calculada actuación de la señora, que supo operar con gran acierto en todo el estado desde un exitoso DIF.

Y aún hay más, agrega. Duarte de Ochoa no tiene más equipo político que aquel que Doña Rosa Borunda le acerque. Javier es demasiado joven y sus limitados andares en la vida política, no le han permitido hacerse de un equipo sólido que gire a su alrededor, tanto a nivel de Veracruz como en el ámbito nacional. La señora subsana tal limitante y basta con observar quienes son los personajes de que se está haciendo rodear el gobernador electo, empezando por la ex secretaria auxiliar de Mario Villanueva Madrid, ex gobernador de Quintana Roo, persona muy cercana y de todas las confianzas de la aún Primera Dama de Veracruz

Fidel Herrera es historia pasada, insiste el analista consultado. Lo actual, en términos de poder político, es Doña Rosa Borunda Quevedo y, por cierto, su apoyo a Javier no es de gratis, tenga la seguridad, me dice, de que La llamada fidelidad se agotó y lo que sigue es “La dinastía Borunda”, que dará de que hablar por varios sexenios por venir.

¿Será cierta tanta belleza? El tiempo lo dirá.

Por lo pronto, las vacaciones de tres de los siete ministros de la Sala Electoral del Tribunal Superior de la Federación prolongan la angustiosa espera del resolutivo final sobre la elección de gobernador y, con ello, crece la especulación sobre la posibilidad de la anulación y la designación de gobernador interino.

Y a manera de trascendido, se ha filtrado que en el grupo cercano del Sr. Duarte, Doña Gina Domínguez ya trabaja en el análisis y depuración de medios de comunicación al servicio de la administración pública estatal, privilegiándose criterios tales como tiraje, calidad de contenidos, penetración e influencia local, estatal y nacional, y, en congruencia, montos de convenios a considerar, sobre la base de reducir el gasto en medios y campañas publicitarias, acorde con la austeridad exigida por la situación que se vive en Veracruz.

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