Pacto cupular, paso en falso

Por J. Enrique Olivera Arce



La administración pública veracruzana da un paso más en falso al convocar el gobernador a un pacto en defensa de la economía popular, a sabiendas de que no está en sus manos, y menos en los actores económicos locales que concurren a la vida económica y social de la entidad, el frenar o contrarrestar la escalada de impuestos y precios de bienes y servicios que proporciona el gobierno federal que, a su vez, inciden justificada o injustificadamente en el incremento del costo de la vida en la gran mayoría de la población.

De ahí que la convocatoria de marras no sólo resulta innecesaria, también demagógica y con un claro tinte electoral con intencionalidad implícita y explícita de descalificar al gobierno de Calderón Hinojosa, al PAN y a sus candidatos a la gubernatura, Congreso local y alcaldes en los 212 Ayuntamientos de la Entidad. Así como diluir la percepción ciudadana de que en el quebranto económico y políticas públicas equívocas frente a la crisis en curso, no es ajena la mano del PRI como corresponsable en la conducción de la política política y la política económica de México.

Percepción esta última a la que el propio PRI contribuyera con su aprobación a los presupuestos de ingresos e ingresos de la Nación en el Congreso de la Unión, en los que va implícita el alza de las tasas impositivas y los combustibles para contrarrestar la pésima e injusta política hacendaria que se ceba en los contribuyentes cautivos.

Pero no sólo eso. Los gobiernos estatales y eso incluye al de Veracruz, no sólo están a favor de las alzas, sino que participaron activamente de manera directa o indirecta a través de los legisladores federales, en el diseño de la política tributaria, cuidándose de asegurar los mismos niveles de participaciones con que contaran antes de que la baja en el precio del crudo incidiera negativamente en las finanzas públicas de la federación. Entre otros beneficios a favor de los gobiernos estatales se cuenta el incremento al IVA y el impuesto a las gasolinas y el diesel.

Lo he afirmado en diversas ocasiones, haciéndome eco de lo expresado por destacados analistas y politólogos, entre el PAN y el PRI no hay diferencias sustantivas, por lo que en el imaginario popular a la conjunción de intereses de ambos partidos se le aplica el mote de PRIAN. Rasgarse las vestiduras frente al tobogán inflacionario que lastima y ofende a las mayorías, por tanto no cabe. Más que un pacto cupular de carácter mediático y electorero en defensa de la economía popular, de existir el mínimo e ética y voluntad política, la administración pública veracruzana debería pugnar por un incremento del salario en beneficio de los sectores más vulnerables y no incurrir en simulaciones como el reciente estira y afloja con el pulpo camionero que concluyera con el alza generalizada del transporte urbano en toda la entidad.

El empleo sigue creciendo a la par de nuevas inversiones, afirma el aún verde funcionario a cargo de la secretaría del trabajo y productividad del gobierno estatal, pero bien se cuida de ocultar que la masa salarial total no crece sino que, al contrario, se reduce en perjuicio del mercado interno. Mejores salarios y prestaciones completas conforme a derecho, más que pactos cupulares es la exigencia de la familia veracruzana y a ello se debería atender.

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